Inspenet, 21 de agosto 2023.
Brasil está en proceso de implementar un límite en las emisiones de dióxido de carbono dirigido a las grandes corporaciones con altos niveles de contaminación. Esta medida es parte de un enfoque más amplio hacia la transición ecológica, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de CO2 para el año 2050.
El plan, concebido bajo la dirección del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, abarca diversas acciones que incluyen la creación de un mercado de carbono regulado, la gradual eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles y el fomento de vehículos eléctricos para el transporte público.
El mercado de carbono regulado impactará a aproximadamente 5,000 compañías que emiten más de 25,000 toneladas de CO2 equivalente por año. Sectores como el acero, el cemento, la industria química y la producción de aluminio serán los primeros en sentir los efectos de este límite. Aunque el gobierno aún no ha especificado el nivel exacto del mismo, tiene previsto reducirlo de forma progresiva anualmente hasta alcanzar la neutralización total de las emisiones.
La meta es reducir las emisiones de dióxido de carbono
La iniciativa tiene como propósito promover que las empresas realicen inversiones en la reducción de emisiones de carbono y en innovación, a la vez que garantizan la credibilidad internacional de los créditos de carbono generados por Brasil. Los esfuerzos emprendidos por el país se encuentran en línea con el compromiso de Lula de impulsar el crecimiento económico a la par de una agenda ambiental enérgica.
A pesar de ser el hogar de la gran parte de la selva amazónica y contar con una combinación de fuentes de energía limpia, las emisiones totales de Brasil han experimentado un incremento en años recientes debido a la producción petrolera y a la contaminación originada por la agricultura y la industria. El país también ha sido reticente en adoptar vehículos eléctricos y recién ha ingresado al mercado de bonos sustentables.
Las propuestas planteadas siguen estrategias similares a las adoptadas por economías desarrolladas, como la Unión Europea, que emplea un sistema de límites y comercio para reducir la contaminación. La administración de Lula tiene la intención de presentar una legislación al Congreso para establecer el mercado de créditos de carbono. No obstante, podría encontrarse con la oposición de legisladores conservadores. Otras medidas, como concesiones, créditos y exenciones fiscales, serán implementadas mediante decretos presidenciales.
De acuerdo con un análisis realizado por la Confederación Nacional de la Industria de Brasil, la implantación de un mercado de carbono regulado podría incrementar el Producto Interno Bruto en un 2% y elevar los ingresos de los segmentos más desfavorecidos de la población en un 20% en los próximos años.
La estrategia de cambio hacia un enfoque más sostenible se encuentra acompañada por un plan de inversión en infraestructura que asciende a 350 mil millones de dólares. Este programa comprende la financiación de proyectos orientados a la transición energética y otras iniciativas ecológicas. Aunque gran parte de estos proyectos son considerados como amigables con el medio ambiente, también se incluyen propuestas controvertidas, como el ferrocarril Ferrograo que atravesaría la región amazónica.
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