La implementación del escaneo láser 3D emerge como una herramienta valiosa para la industria del hormigón, desempeñando un papel crucial desde el inicio del proceso de vertido hasta las etapas finales de ajustes, contribuyendo así a la iniciativa de reducir las emisiones de carbono.
Independientemente del campo, ya sea radioastronomía, informática, generación de energía, etc., agregar el prefijo “giga” a un término confiere una significancia considerable. Este hecho es particularmente relevante para la industria del hormigón y los estudios atmosféricos, dos sectores que cada vez más emplean la expresión “gigatoneladas”. Específicamente, se refieren a las 38 mil millones a 41 mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono liberadas anualmente (de 2011 a 2020) debido a actividades humanas y a la necesidad de encontrar formas más efectivas de reducir la producción de este gas y otros compuestos químicos que contribuyen al calentamiento global.
Mientras que una parte significativa del mundo se enfoca en descarbonizar la red eléctrica global y acelerar la transición a vehículos eléctricos, las industrias de la construcción y el hormigón reconocen plenamente su propia responsabilidad en lo que respecta a las emisiones de carbono.
La reducción de la contaminación por dióxido de carbono no solo es de vital importancia para la industria del hormigón, sino también para el bienestar general del planeta. En este contexto, el uso del escaneo láser 3D se presenta como una alternativa valiosa en comparación con los métodos de medición más convencionales.
Dentro de los flujos de trabajo asociados con el concreto, la tecnología 3D, que ahora incluye una aplicación específica para la nivelación y la planitud del piso desarrollada por FARO, una parte de Sphere, está generando un impacto transformador a lo largo de todo el proceso de vertido y curado.
¿En qué beneficia el uso del escaneo láser 3D a la industria del hormigón?
Agilizando de manera rápida el proceso de finalización del trabajo, disminuyendo la necesidad de retrabajo y eliminando el desperdicio. En lugar de depender de un contratista externo para validar la precisión de un vertido, lo cual a veces implica esperar hasta 48 horas, la determinación de la planicidad y nivelación del piso puede llevarse a cabo en cuestión de minutos. Lo más destacado es que cualquier discrepancia en el concreto, como puntos elevados, puntos bajos o problemas de nivelación, se puede rectificar mientras el concreto aún está en su fase húmeda.
En una evaluación inicial, esto podría parecer trivial, pero es esta eficiencia incremental, que se multiplica en toda la industria del hormigón, lo que realmente suma. Esto se traduce en reducciones potencialmente significativas de las emisiones de gases de efecto invernadero.
También se derivan beneficios secundarios. Desde una perspectiva financiera, considera ser un contratista que finaliza dos proyectos al mes. Al realizar un único escaneo y analizar los resultados mientras el concreto aún está en su fase húmeda, un contratista tiene la oportunidad de ahorrar hasta un 90% de los costos asociados con el retrabajo, que generalmente resultan de esperar a que el concreto cure y de la reparación de áreas problemáticas identificadas por terceros.
En este escenario, el capital adicional disponible permite redirigir fondos hacia otras soluciones sostenibles. Tal vez, con estos ingresos adicionales, el contratista pueda instalar un sistema solar, adquirir un vehículo eléctrico o asumir nuevos proyectos de demolición de edificios de manera ecológica. Las posibilidades son diversas, pero la clave radica en que los fondos adicionales brindan una mayor flexibilidad.
La industria del hormigón y las emisiones de carbono
Indudablemente, enfrentar y revertir los impactos del calentamiento global causados por las emisiones antropogénicas de CO2 no será una tarea sencilla. Incluso si la industria del hormigón lograra convertirse en un sistema completamente circular y un emisor neto de carbono cero para mediados de siglo, el mundo aún tendría un largo trecho por recorrer antes de poder declarar “misión cumplida”.
Siendo el cemento su componente clave, este material, el segundo más consumido en el mundo después del agua, requiere que la industria del hormigón asuma su responsabilidad para abordar este desafío que trasciende generaciones y fronteras.
Treinta y ocho gigatoneladas de emisiones de CO2 al año representan una cifra considerable. No obstante, es crucial tener en cuenta que este número tuvo un inicio diminuto, experimentando aumentos incrementales década tras década y siglo tras siglo.
Así mismo, es factible llevar a cabo reducciones también incrementales. Con la asistencia del escaneo láser 3D en cada etapa del flujo de trabajo del concreto, desde la primera vertida hasta los ajustes finales, la industria podría lograr ganancias incrementales que aún no se pueden cuantificar con certeza.
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Fuente: pbctoday.co.uk
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