La desalinización del agua de mar podría ser más sostenible y asequible gracias a una tecnología desarrollada por ingenieros de las universidades de Michigan y Rice. Este avance utiliza electrodos de tela de carbono para eliminar el boro, un contaminante tóxico, sin necesidad de grandes cantidades de productos químicos.
Nuevo enfoque para la desalinización del agua de mar
El boro, presente de manera natural en el agua de mar, suele superar los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud para el agua potable. Este elemento es difícil de eliminar con membranas convencionales de ósmosis inversa, lo que obliga a las plantas de tratamiento a realizar costosos procesos adicionales.
Según Jovan Kamcev, profesor de la Universidad de Michigan, la tecnología desarrollada es escalable y energéticamente eficiente, ofreciendo una alternativa viable a los métodos actuales.
Ventajas económicas y ambientales
Los nuevos electrodos reducen los costos de operación hasta en un 15% y también disminuyen el impacto ambiental del proceso de desalinización. Weiyi Pan, investigador de la Universidad Rice, señala que estas mejoras podrían traducirse en ahorros de hasta 6.9 mil millones de dólares anuales si se aplican a nivel global.
El funcionamiento de estos electrodos se basa en la división del agua en iones, lo que permite transformar el boro en una forma cargada negativamente y fácilmente atrapable por estructuras químicas dentro de los electrodos. Este método elimina la necesidad de un tratamiento posterior adicional, simplificando y optimizando el proceso.
Implicaciones futuras
El desarrollo, además de abordar el problema del boro, también tiene el potencial de eliminar otros contaminantes como el arsénico, según Menachem Elimelech, investigador de la Universidad Rice. Esto abre la puerta a tratamientos más versátiles y eficientes para distintas fuentes de agua.
Con una demanda global de agua potable que podría superar el suministro en un 40% para 2030, este avance representa una solución clave para enfrentar la creciente crisis hídrica. Además, permite que las grandes plantas, como la de Carlsbad en San Diego, ahorren millones de dólares anuales, haciendo que el agua de mar sea una opción más accesible y sostenible.
Este estudio, publicado en Nature Water, marca un paso significativo hacia la sostenibilidad en el tratamiento de agua y resalta la importancia de la colaboración interdisciplinaria en la búsqueda de soluciones innovadoras.
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Fuente y fotos: Universidad de Michigan