SpaceX, la empresa fundada por Elon Musk, llevó a cabo el lanzamiento de la colosal nave Starship, marcando su tercera prueba de vuelo. Este lanzamiento se llevó a cabo con el módelo de Starship, que mide impresionantes 120 metros de altura y alcanza un peso de 5.000 toneladas una vez que está completamente cargado de combustible.
El pasado 14 de marzo, este gigante despegó desde la base de SpaceX en Texas, Estados Unidos, demostrando la capacidad del sistema de lanzamiento compuesto por el vehículo Starship y el potente cohete impulsor Super Heavy, este último equipado con 33 motores Raptor de SpaceX.
Las pruebas de la nave Starship deja resultados positivos
A pesar de no sobrevivieron a la reentrada, el vuelo marcó la consecución de varios hitos importantes para el Integrated Flight Test-3 (IFT-3), destacando entre ellos el primer vuelo orbital de la nave Starship. Un comunicado de SpaceX, enfatizó la importancia de estas pruebas, tras declarar que lejos de llevarse a cabo en condiciones controladas de laboratorio, se ejecutan en entornos de vuelo reales con el objetivo de maximizar el aprendizaje obtenido.
En eventos pasados, dos pruebas e intentos de vuelo realizados el año pasado, no culminaron como se esperaba, con ambas pruebas terminando en explosiones de los componentes antes de completar la misión propuesta. No obstante, el IFT-3 logró extenderse por aproximadamente 49 minutos, aunque no alcanzó la duración prevista de 65 minutos.
Durante el despegue, todos los motores Raptor del Super Heavy fueron activados con éxito, permitiendo que el Starship se desprendiera y alcanzara una altitud de 145 millas sobre la Tierra, funcionando sus seis motores sin inconvenientes. En esta fase, se llevaron a cabo diversas pruebas, incluyendo maniobras de apertura y cierre de la compuerta de carga y el inicio de una demostración de transferencia de propulsor, con el objetivo de demostrar capacidades críticas para la calificación del vehículo.
La reactivación de los motores, planificada para esta fase, no se llevó a cabo debido a un excesivo balanceo de los vehículos. Mientras tanto, el Super Heavy realizó una maniobra de giro y encendido para dirigirse hacia un punto de amerizaje designado en el Golfo de México.
La futura misión lunar
SpaceX resaltó la importancia de la primera entrada de una nave espacial desde el espacio, ya que proporciona datos cruciales sobre el control y la resistencia al calor durante el reingreso hipersónico. Posterior al vuelo, el equipo de ingenieros de SpaceX se encuentra analizando los datos recopilados y preparando los vehículos para futuros lanzamientos, con cuatro conjuntos de vehículos ya construidos.
Con miras a una colaboración futura, la NASA tiene previsto utilizar Starship para la misión Artemis 3, con el fin de llevar humanos de regreso a la Luna, evento que no ocurre desde la misión Apolo 17 en 1972. Con el lanzamiento de Artemis-3 programado para 2026, SpaceX enfrenta el desafío de realizar una serie de vuelos de prueba para cumplir con las exigencias de calificación de la NASA, dentro de los próximos dos años.
Pruebas exitosas de la nave Starship. Fuente: SpaceX
El objetivo de la empresa es solidificar el diseñado de sus modelos espaciales, tanto la nave Starship como el Super Heavy, para ser completamente reutilizables. Posteriormente, con planes de que el Super Heavy sea capturado por dos brazos al regresar a la torre de lanzamiento.
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Fuente y fotos: SpaceX