En lo profundo del océano Pacífico hay un lugar remoto conocido como el Punto Nemo que se ha convertido en el destino final de muchas naves espaciales. Este “cementerio espacial”, ubicado a más de 2,600 Km de la costa más cercana, es ideal para recibir los restos de satélites, estaciones y otras naves al final de su vida útil.
El origen del Punto Nemo
El Punto Nemo, llamado así en honor al capitán Nemo, un personaje de “20,000 leguas de viaje submarino” de Julio Verne, fue determinado en 1992 por el ingeniero Hrvoje Lukatela.
Su posición lo convierte en el sitio más alejado de cualquier masa de tierra, lo que minimiza cualquier riesgo para las poblaciones humanas o el tráfico marítimo. La región es utilizada por diversas agencias espaciales, como la NASA y Roscosmos, para evitar accidentes y mantener segura la reentrada de restos espaciales.
El cementerio de naves espaciales recibirá nuevos huéspedes
Desde la década de los 70, más de 260 vehículos espaciales han sido enviados al Punto Nemo, incluidas estaciones como la soviética MIR. En el futuro, se espera que la Estación Espacial Internacional también sea desorbitada aquí, dada su masa y el cuidado necesario para evitar cualquier riesgo al entrar en la atmósfera terrestre.
La reentrada controlada de naves espaciales es cuidadosamente gestionada, según informa National Geographic. La mayor parte de cada nave se desintegra en la atmósfera, mientras que los restos más grandes terminan en las profundidades del Pacífico, a unos 3,700 metros bajo la superficie, donde no afectan significativamente al entorno.
En el siguiente video podrás ver imágenes reales del Punto Nemo.
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Fuente: Inspenet
Foto principal: Generada con IA
Foto interna: Wikipedia