Las plantas de aguas residuales duplican sus emisiones contaminantes

Un estudio revela que pocas instalaciones generan la mayoría de las emisiones, abriendo una vía directa para su reducción inmediata.
Plantas de aguas residuales

Las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de las plantas de aguas residuales en Estados Unidos han sido subestimadas de forma significativa, según un reciente estudio de la Universidad de Princeton.

Un laboratorio móvil que recorrió más de 80.000 kilómetros

Durante más de un año, un equipo de ingenieros ambientales monitoreó directamente 96 instalaciones a lo largo del país utilizando un laboratorio móvil impulsado por energía eléctrica. Esta unidad, equipada con sensores láser avanzados, permitió medir con precisión las emisiones de metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), dos gases altamente responsables del calentamiento global.

Los resultados fueron claros: estas instalaciones están emitiendo 2,4 veces más metano y 1,9 veces más óxido nitroso de lo que las estimaciones oficiales habían proyectado. Estos compuestos, aunque menos mencionados que el dióxido de carbono, tienen una capacidad de atrapar calor muy superior, lo que los convierte en agentes críticos del cambio climático.

Variabilidad operativa entre plantas de aguas residuales

Uno de los hallazgos más relevantes es que gran parte de estas emisiones proviene de un número reducido de plantas. Esto sugiere que las diferencias en diseño, antigüedad de los equipos, condiciones meteorológicas y métodos de operación influyen directamente en los niveles de gases liberados a la atmósfera.

Las estaciones depuradoras suelen utilizar microorganismos para descomponer los residuos orgánicos. Durante este proceso biológico, se generan subproductos gaseosos cuya producción varía dependiendo de factores como la temperatura, la carga de aguas residuales y las lluvias.

Hacia una gestión más eficiente y climáticamente responsable

El profesor Mark Zondlo, uno de los autores principales, explicó que la falta de información precisa ha dificultado la capacidad de los operadores para identificar y controlar estas emisiones.

Muchos operadores ni siquiera saben cuánto gas emiten sus instalaciones.

Afirmó.

Este estudio plantea la necesidad urgente de implementar estrategias de monitoreo en tiempo real y mejorar el diseño de los procesos internos.

Por su parte, el profesor Z. Jason Ren destacó que existe un incentivo económico en esta tarea.

El metano puede capturarse y transformarse en energía útil. Las mejoras en eficiencia no solo benefician al medio ambiente, sino también al presupuesto municipal.

DIjo Jason.

Un llamado a la acción para las autoridades locales

Dado que la mayoría de las plantas en EE. UU. son operadas por municipios, la posibilidad de intervención pública es real. Actuar sobre las instalaciones más contaminantes podría reducir de forma drástica el impacto del sector en el calentamiento global.

El estudio, publicado en Nature Water, señala que las plantas de aguas residuales contribuyen actualmente con el 2,5% del metano y el 8,1% del óxido nitroso emitido en el país. Aunque estas cifras puedan parecer modestas, representan una oportunidad inmediata de mitigación con alto retorno ambiental.

La investigación marca un punto de inflexión para la gestión de aguas residuales, exigiendo una visión más amplia que integre salud pública, eficiencia energética y acción climática.

Fuente y foto: Universidad de Princeton