Un equipo europeo liderado por el Centro de Innovación en Robótica del DFKI y la Universidad de Bremen ha presentado un concepto de misión que propone el uso de tres robots autónomos para investigar tubos de lava ocultos en la Luna.
El estudio, publicado en la revista Science Robotics, destaca una estrategia dividida en cuatro etapas que inicia con el reconocimiento exterior de una claraboya lunar y culmina con el mapeo autónomo del interior de una cueva. Estas estructuras subterráneas, formadas por antiguos flujos de lava, son candidatas ideales para futuros asentamientos debido a su capacidad natural de protección ante radiación y microimpactos.
Prueba en terreno: Lanzarote como laboratorio natural
El equipo probó este concepto en condiciones reales en la isla volcánica de Lanzarote, , Islas Canarias, un entorno geológico que simula bien las características de la Luna. Allí, los robots SherpaTT, Coyote III y LUVMI-X realizaron maniobras cooperativas que incluyeron cartografía externa, colocación de sensores, descenso controlado y exploración autónoma con mapeo 3D.
Durante la tercera fase, el SherpaTT descendió al Coyote III mediante un sistema de cabrestante. Una vez liberado, este último recorrió el túnel para generar un modelo tridimensional detallado del entorno subterráneo.

Este ejercicio demostró la viabilidad técnica del enfoque y subrayó el valor del trabajo en equipo entre diferentes plataformas robóticas.
La colaboración entre robots podría permitir el alcance y la exploración de cavidades desconocidas. Fuente: German Research Center for Artificial Intelligence
La importancia de los robots autónomos
Uno de los mayores desafíos observados fue la necesidad de autonomía plena en entornos remotos sin acceso a comunicaciones directas. El éxito de la operación en Lanzarote refuerza la importancia de avanzar en algoritmos de navegación autónoma y cooperación entre máquinas.
Además, la prueba resaltó limitaciones prácticas como interferencias en los sensores por humedad o falta de datos de validación en terreno. Sin embargo, estas dificultades forman parte del proceso de maduración tecnológica necesaria antes de una implementación en la superficie lunar o incluso en Marte.
Este tipo de misiones servirá como paso inicial para evaluar áreas seguras donde establecer futuras bases. Así mismo, podrían facilitar la detección de ambientes propicios para encontrar indicios de vida microbiana.
Fuente y fotos: Centro de Innovación en Robótica del DFKI