La transmisión de energía solar desde el espacio hacia la Tierra ha dejado de ser una visión futurista para convertirse en una realidad tangible. Un hito científico se ha alcanzado mediante un experimento espacial, que ha logrado transmitir energía a través de paneles solares ubicados en un satélite en órbita.
Primera transmisión espacial de energía solar exitosa
Este avance se logró gracias al experimento MAPLE (Microwave Array for Power-transfer Low-orbit Experiment), una iniciativa del Space Solar Power Demonstrator (SSPD), que ha probado exitosamente la transmisión de energía en el espacio hacia la Tierra. Este logro no solo representa la primera vez que se transmite energía solar desde la órbita terrestre, sino que también se perfila como un paso inicial hacia el desarrollo de una futura central de energía solar espacial.
El dispositivo, que fue lanzado en enero de 2023, demostró su capacidad para transmitir energía, alcanzando los 100 milivatios a través del espacio tan solo dos meses después de su lanzamiento. Destaca por su flexibilidad, ya que puede reorientarse con facilidad para dirigir el haz energético en cualquier dirección deseada.
Durante la fase de prueba enfocada en el envío de energía hacia la Tierra, se logró transmitir una potencia de aproximadamente 1 milivatio en tres ocasiones diferentes a lo largo de ocho meses, evidenciando la factibilidad de este innovador método de suministro energético.
Un espacio potencial para el futuro de la energía solar
Con vistas al futuro, se contempla el ambicioso objetivo de crear una constelación de naves espaciales modulares que, en conjunto, serían capaces de transmitir energía suficiente para satisfacer las necesidades de 10.000 hogares.
Cada uno de estos satélites modulares tendría un volumen de 1 metro cúbico y estarían organizados en una formación cuadrada de 50 metros por lado. Este diseño incorporaría células solares en una cara y transmisores de microondas en la opuesta, optimizando la captación y transmisión de energía solar.
El proyecto MAPLE ha demostrado su capacidad única de emitir energía en múltiples direcciones, ofreciendo una solución innovadora para proporcionar energía de forma eficiente a lugares inaccesibles o afectados por crisis, sin depender de las redes de transmisión convencionales.
Nueva visión futuro de la energía
Este avance, liderado por Ali Hajimiri, codirector del SSPD, promete revolucionar el acceso a la energía, siguiendo el modelo de cómo internet transformó el acceso a la información. La tecnología busca facilitar el suministro energético a regiones apartadas o azotadas por emergencias, marcando un hito en la democratización del acceso a recursos vitales.
Con la visión de eliminar la necesidad de infraestructura terrestre para la recepción de energía, el futuro se perfila hacia la capacidad de llevar electricidad a áreas aisladas o damnificadas por conflictos y catástrofes naturales.
Según Hajimiri, esta tecnología aspira a igualar “el acceso a la energía con la universalidad del acceso a la información”, brindando esperanza de un mundo donde el suministro eléctrico sea omnipresente y accesible para todos, independientemente de las barreras geográficas o situaciones adversas.
Además, el SSPD está evaluando otros componentes críticos para su desarrollo, como DOLCE, que examina la viabilidad de estructuras de despliegue orbital, y ALBA, que investiga las células fotovoltaicas más eficientes para su uso en el espacio. Aunque los resultados de estas pruebas aún están pendientes, su éxito es fundamental para la implementación a largo plazo del proyecto de distribución de energía espacial, subrayando el compromiso continuo con la innovación en la generación y transmisión de energía.
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Fuente: dw.com