Noruega sigue adelante con su iniciativa de minería de aguas profundas, pese a las demandas legales que han desafío la aprobación gubernamental. La controversia surgida por la autorización de estas actividades mineras en el fondo marino, ha generado una ola de reacciones adversas.
La explotación de la minería de aguas profundas
La organización de conservación de la vida silvestre WWF ha interpuesto una demanda contra el gobierno noruego por su decisión de abrir las aguas del país a la minería en aguas profundas. Los opositores sostienen que la minería en el lecho marino, podría tener impactos devastadores en los ecosistemas oceánicos, afectando irreversiblemente la biodiversidad y las funciones ecológicas vitales.
Algunos investigadores y asesores científicos han expresado serias preocupaciones sobre los riesgos inherentes a la minería en aguas profundas. Han enfatizado la necesidad de realizar investigaciones más detalladas antes de proceder, señalando la insuficiencia de datos sobre los posibles efectos a largo plazo de estas actividades.
La iniciativa noruega toma protagonismo, ante creciente demanda de minerales raros, fundamentales para la producción de tecnologías avanzadas y baterías. Algunos defensores argumentan que la minería en aguas profundas es vitañ para asegurar el suministro de estos recursos esenciales y apoyar la transición hacia energías renovables.
Decisión parlamentaria y la respuesta del gobierno
El Parlamento noruego votó el 9 de enero a favor de permitir que las empresas obtengan permisos para explorar y buscar minerales en una zona del lecho marino del Ártico entre Noruega y Groenlandia. Han asegurado que todas las operaciones mineras cumplirán con estrictos estándares ambientales para minimizar el impacto ecológico.
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Fuente: Ground Engineering
Foto: Shutterstock