Inspenet, 18 de agosto 2023.
Científicos de la Universidad de Edimburgo están trabajando en el desarrollo de una metodología para extraer elementos poco comunes presentes en aleaciones metálicas de desecho, como aquellas provenientes de turbinas eólicas desmanteladas.
Estos metales raros, como el niobio, el tantalio y el renio, desempeñan un papel crucial en la resistencia y estabilidad de equipos de alta exigencia cuando se incorporan en aleaciones junto con el acero. No obstante, su extracción suele llevarse a cabo en el extranjero utilizando métodos que tienen un impacto negativo en el entorno.
El proyecto, financiado por el Centro de Innovación en Biotecnología Industrial (IBioIC), tiene como objetivo recuperar estos metales poco comunes al final del ciclo de vida de los dispositivos, incluyendo numerosas turbinas eólicas antiguas de Escocia. Con esta iniciativa, los fabricantes podrían reutilizar estos elementos para crear nuevas aleaciones metálicas en lugar de depender de la importación de materiales extraídos en otros lugares.
La extracción de metales raros
En la actualidad, no existe una alternativa disponible para la extracción de estos metales poco comunes en el territorio británico, lo que lleva a las empresas a tener que enviar los residuos a una de las pocas instalaciones existentes en Canadá para su procesamiento.
Utilizando materiales desechados proporcionados por Advanced Alloy Services, una empresa con sede en Sheffield que se especializa en la fabricación de aleaciones y metales de alta temperatura para sectores como el aeroespacial, el petróleo y el gas, así como las energías renovables, el grupo de investigación ha desarrollado un proceso sostenible para la extracción de estos recursos.
El método inicial involucra el tratamiento de los materiales de aleación mediante una combinación de productos químicos de origen biológico, lo que permite separar los diferentes compuestos. Posteriormente, el sistema DRAM innovador de SEM actúa como un filtro para asegurarse de que los líquidos residuales que resultan sean seguros para su eliminación, según explican los científicos.
La tecnología DRAM, originada a partir de subproductos generados durante la destilación del whisky de malta, fue inicialmente concebida para realizar la extracción segura de metales preciosos presentes en desechos electrónicos..
Leigh Cassidy, científico jefe de SEM, explica: “Metales como el niobio, el tantalio y el renio son esenciales para la integridad de los componentes basados en el acero que se utilizan habitualmente en los aerogeneradores y otros motores de alta temperatura, pero la mayoría de las reservas se siguen extrayendo de la tierra. Mientras tanto, tenemos infraestructuras envejecidas que llegan al final de su ciclo de vida y cantidades sustanciales de estos metales raros que podrían reutilizarse”.
“Ya hemos trabajado con la Universidad de Edimburgo en métodos de extracción segura de metales de residuos electrónicos y vimos la oportunidad de explorar una técnica similar para separar los distintos metales de las aleaciones. Si se utiliza a gran escala, este tipo de proceso podría ser un gran impulso para la fabricación del Reino Unido y desbloquear una nueva cadena de suministro sostenible y circular en la que los metales raros se recuperen de las aleaciones existentes”, añadió.
Liz Fletcher, directora de Compromiso Empresarial del IBioIC, añadió: “SEM es un gran ejemplo de empresa que adopta un proceso de base biológica y lo aplica a múltiples sectores para ayudar a las empresas a alcanzar sus objetivos medioambientales. Uniendo fuerzas con expertos académicos, SEM ha desarrollado procesos potencialmente revolucionarios para el tratamiento sostenible de diversos tipos de residuos. El reciclaje a escala industrial será clave para alcanzar el cero neto, al tiempo que se reduce la huella de carbono y el daño medioambiental asociado a las materias primas importadas”.