Endesa llevó a cabo la detonación de la tercera caldera de la central térmica de Andorra, construida entre 1974 y 1975, marcando un paso significativo en el proceso de cierre y desmantelamiento de las centrales de carbón que la empresa planea completar en la península para el año 2027.
Esta demolición, que se suma a la voladura previa de las torres de refrigeración y la chimenea de 343 metros, representa un hito tanto simbólico como técnico. Endesa ha implementado procedimientos meticulosos para asegurar condiciones de seguridad óptimas durante la demolición, especialmente en el caso de las calderas, elementos metálicos cuyo proceso difiere de las estructuras de hormigón.
¿Cómo fue demolida la caldera de la Central Térmica de Andorra?
La realización de estos trabajos se basó en un proyecto específico previo que incluyó un análisis estructural de los efectos de los trabajos preparatorios, así como la dinámica de la voladura, su secuencia, dirección de caída, medidas mitigadoras y puesta en seguridad de todas las estructuras afectadas.
La demolición empleó 340 detonadores y 620 Kg de explosivos, con un radio de seguridad de 400 metros. Después de que la caldera cae, se llevan a cabo labores de corte y preparación con maquinaria pesada para garantizar la seguridad y evitar trabajos en altura.
Cada demolición generó alrededor de 10.000 toneladas de residuos metálicos, gestionados conforme a normativas ambientales. El desmantelamiento de la central en Teruel, una operación técnicamente compleja, involucra a aproximadamente 250 personas, mayormente de empresas locales y la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, priorizando la contratación local.
Desde la perspectiva medioambiental, se está implementando un sistema de demolición selectiva que permite la segregación y caracterización de cada una de las 260,000 toneladas que conforman el volumen de demolición. Además, se ha establecido un plan de vigilancia ambiental para minimizar las afectaciones al entorno, prestando especial atención a las emisiones y vertidos durante la ejecución de los trabajos. También se contempla la reutilización de los residuos de hormigón con el objetivo de revalorizar el 90% de los residuos generados, contribuyendo así a prácticas más sostenibles.
Acerca de la Central Térmica de Andorra
La Central Térmica de Andorra estaba compuesta por tres unidades, con una capacidad total de 1,100 megavatios (MW), cada una equipada con caldera, turboalternador y torre de refrigeración. Complementaban la instalación el parque de carbones y caliza, el sistema de evacuación de cenizas y escorias, la planta de desulfuración y la chimenea de 343 metros de altura para la expulsión de los gases de combustión.
Fue construida con el propósito de utilizar lignitos negros de la cuenca minera turolense, mezclados con carbones de importación. A lo largo de sus cuatro décadas de operación, generó 224,000 gigavatios hora (GWh), equivalente al consumo anual de electricidad en la península ibérica, utilizando 142 millones de toneladas de carbón, con 110.9 millones de toneladas provenientes de fuentes nacionales y 31.7 millones de toneladas de carbón importado.
En 2019, Endesa solicitó el cierre de la central térmica de Andorra, dando inicio a su proceso de desmantelamiento y la formulación de un plan futuro que contempla la introducción de nuevas industrias y el desarrollo de energías renovables. Como resultado, Andorra transformará su matriz energética, pasando de la generación de energía mediante carbón a la producción de energía limpia, con una capacidad instalada de 1,843.6 MW proveniente de siete proyectos renovables hibridados, dos proyectos de almacenamiento con baterías, un proyecto de hidrógeno verde y un compensador síncrono.
Este enfoque renovable viene acompañado de un plan socioeconómico destinado a generar empleo y valor agregado en la región.
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Fuente y foto: libremercado.com
Video: Diario de Teruel
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