Con el objetivo de explorar alternativas para almacenar hidrógeno, un combustible sin carbono, científicos estadounidenses están investigando la viabilidad de utilizar pozos de petróleo y gas natural agotados para este propósito.
Almacenar hidrógeno en pozos de petróleo y gas
Estos depósitos, una vez llenos de fuentes de energía fósil, podrían transformarse en reservorios para hidrógeno, según estudios de los Laboratorios Nacionales Sandia. Los investigadores están empleando simulaciones computacionales y experimentos de laboratorio para determinar si estas estructuras geológicas pueden almacenar hidrógeno de manera efectiva, el cual se genera mediante la división del agua usando energía solar o eólica.
Por otro lado, Tuan Ho, ingeniero químico que lidera el proyecto en Sandia, destaca las ventajas del hidrógeno para almacenamiento energético a largo plazo. Durante los meses de verano, cuando la producción de energía solar excede las necesidades de calefacción, el excedente podría convertirse en hidrógeno y almacenarse hasta el invierno. Ho señala que el hidrógeno, a pesar de ser menos denso en energía por volumen comparado con combustibles como el gas natural o el propano, presenta desafíos en términos de compresión y almacenamiento.
Además, aunque es posible almacenar hidrógeno en cavernas de sal subterráneas, la disponibilidad limitada de estos depósitos en Estados Unidos ha llevado al equipo de Ho a considerar antiguos yacimientos de petróleo y gas como alternativas. El estudio se enfoca en determinar si el hidrógeno se mantendría confinado en la roca o si habría riesgos de filtración o contaminación.
Recientemente, los resultados de sus investigaciones se publicaron en el International Journal of Hydrogen Energy, proporcionando aspectos importantes sobre la interacción del hidrógeno con la arenisca y el esquisto, componentes comunes de estos yacimientos.
Estudios científicos
Los estudios en laboratorio, llevados a cabo en colaboración con la Universidad de Oklahoma, mostraron que aunque el hidrógeno no se retiene efectivamente en la arenisca, hasta un 10% del gas adsorbido permanece dentro del esquisto, lo cual es un hallazgo positivo para el almacenamiento subterráneo.
Sin embargo, el equipo también descubrió que al inyectar hidrógeno en depósitos agotados de gas natural, puede liberarse gas natural residual, contaminando el hidrógeno extraído con trazas de carbono. Esta interacción podría generar emisiones de dióxido de carbono al usar el hidrógeno, un factor que requiere atención para minimizar el impacto ambiental.
En cuanto a futuras investigaciones, se necesita más estudio para entender como microorganismos y otras sustancias químicas en los depósitos de petróleo y gas podrían interactuar con el hidrógeno almacenado. Estos hallazgos serán cruciales para diseñar pruebas de campo a gran escala, como las planificadas en el proyecto SHASTA, que buscará demostrar la viabilidad de estos métodos de almacenamiento para apoyar una economía de hidrógeno más sostenible.
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Fuente: elperiodicodelaenergia.com
Foto: Shutterstock