El telescopio James Webb de la NASA, en colaboración con la ESA y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), ha sido asignado para estudiar el asteroide 2024 YR4, un objeto cercano a la Tierra con una probabilidad extremadamente baja de impacto en 2032. Las observaciones permitirán mejorar la estimación de su tamaño y refinar cálculos sobre su trayectoria.
Un asteroide bajo escrutinio científico
El asteroide 2024 YR4 fue detectado el 27 de diciembre de 2024 y desde entonces ha sido objeto de un intenso seguimiento por parte de la comunidad astronómica. Actualmente, los cálculos indican que hay un 98% de probabilidades de que pase de forma segura por la Tierra el 22 de diciembre de 2032, pero persiste un pequeño margen de incertidumbre.
El problema radica en que en los próximos meses este asteroide dejará de ser visible desde nuestro planeta, lo que podría mantener abierta la interrogante hasta su reaparición en 2028.
Importancia de la observación con el telescopio James Webb
Determinar el tamaño exacto del asteroide es fundamental para calcular los potenciales efectos de un impacto. Las estimaciones actuales sitúan su diámetro entre 40 y 90 metros, una diferencia significativa en términos de daños que podría causar en caso de colisión.
El telescopio Webb utilizará su instrumento MIRI (Mid-Infrared Instrument) para analizar la emisión de calor del asteroide, un método más preciso que el estudio de la luz reflejada. Esto permitirá calcular con mayor exactitud su tamaño real. Adicionalmente, el instrumento NIRCam (Near Infrared Camera) complementará estos datos con mediciones de su posición.
Las primeras mediciones del 2024 YR4 por Webb están programadas para marzo, momento en el que el asteroide estará en su punto de mayor brillo. Una segunda ronda de observaciones se realizará en mayo, antes de que el YR4 desaparezca temporalmente de la vista de los telescopios terrestres.
Coordinación internacional en defensa planetaria
El estudio del asteroide forma parte de los esfuerzos globales de defensa planetaria. La Oficina de Defensa Planetaria de la ESA, en colaboración con la NASA y otros organismos, evaluará los resultados para precisar aún más la trayectoria del objeto y su nivel de riesgo.
Con los datos de Webb, los astrónomos esperan reducir la incertidumbre y garantizar que 2024 YR4 no represente una amenaza. Aunque la probabilidad de impacto sigue siendo baja, el análisis detallado es crucial para la seguridad de nuestro planeta y para el desarrollo de estrategias de mitigación ante futuras amenazas de objetos cercanos a la Tierra.
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Fuente: Agencia Espacial Europea
Foto: Shutterstock