La computación cuántica ha dado un paso crucial hacia la fiabilidad, con la creación de un refrigerador cuántico que ha registrado temperaturas mínimas históricas. Este avance, desarrollado en la Universidad Tecnológica de Chalmers en Suecia, es fundamental para mejorar el rendimiento de los ordenadores cuánticos, que son conocidos por su capacidad de realizar cálculos complejos mediante cúbits superconductores.
El refrigerador cuántico: enfriando sin intervención externa
Uno de los mayores retos en el mundo de la computación cuántica es la necesidad de enfriar los cúbits a temperaturas cercanas al cero absoluto. Solo en estas condiciones, los cúbits, que pueden existir simultáneamente en los estados 0 y 1 gracias a la superposición cuántica, pueden funcionar sin errores. Sin embargo, enfriar estos sistemas de manera eficiente ha sido un desafío durante años. Los refrigeradores actuales utilizan sistemas complejos que no siempre alcanzan las temperaturas necesarias.
El nuevo refrigerador cuántico de la Universidad Tecnológica de Chalmers, que se alimenta del calor del entorno, ha logrado enfriar un cúbit hasta los 22 milikelvin, sin necesidad de control externo. Esta innovadora tecnología, que utiliza circuitos superconductores, ha demostrado ser capaz de mantener a los cúbits en su estado más bajo de energía, lo que aumenta la fiabilidad de los cálculos cuánticos. De hecho, los investigadores han logrado aumentar la probabilidad de que un cúbit esté en su estado fundamental antes de comenzar un cálculo cuántico, alcanzando un 99,97%, una mejora significativa respecto al 99,8% que se alcanzaba anteriormente con otros métodos.
Potencial para la computación cuántica
Este avance también abre nuevas posibilidades en áreas como la medicina, la inteligencia artificial, la energía y la encriptación. Con una mayor fiabilidad en el procesamiento de cúbits a temperaturas extremadamente bajas, las máquinas cuánticas podrán realizar cálculos más complejos y prolongados sin el riesgo de errores. Este refrigerador, que utiliza un enfoque autónomo e independiente de los controles externos, es un paso fundamental hacia una computación cuántica más eficiente y accesible.
El refrigerador cuántico desarrollado por el equipo de Chalmers es solo el principio de una serie de innovaciones que mejorarán la precisión y eficiencia de la computación cuántica. Si los cúbits se mantienen estables durante más tiempo y sin interferencias externas, las aplicaciones de esta tecnología podrían transformar completamente la forma en que procesamos la información en un futuro cercano. La universidad sueca, conocida por sus avances en tecnología cuántica, continúa liderando el camino hacia una nueva era en la computación, con la creación de dispositivos como este refrigerador cuántico.
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Fuente y fotos: Universidad Tecnológica de Chalmer