Un satélite europeo lanzado en 1995 con el objetivo de observar la Tierra y que concluyó su misión hace 13 años, cayó a la Tierra el pasado miércoles, informó la Agencia Espacial Europea (ESA).
Los restos del satélite cayeron sobre el Océano Pacífico Norte aproximadamente a las 18:17 CET (17:17 UTC), según comunicó la ESA. La altitud del satélite había estado disminuyendo de manera constante desde que la ESA decidió retirarlo en 2011.
Es importante mencionar que el satélite alcanzó la altitud crítica de unos 80 Km sobre la superficie de la Tierra el miércoles, momento en el cual la resistencia atmosférica se volvió tan fuerte que comenzó a desintegrarse en pedazos, explicó la agencia espacial en su sitio web.
La caída del satélite en la Tierra
El satélite, con un peso de 2.5 toneladas métricas, fue deliberada y gradualmente descendido para evitar la creación de más basura espacial en la órbita terrestre, la cual podría representar una amenaza para los satélites activos y la Estación Espacial Internacional.
Así mismo, la ESA aseguró que la gran mayoría del satélite se desintegró al reingresar a la atmósfera terrestre. Otros fragmentos del satélite cayeron al mar.
Se estimó que el satélite tenía una masa de alrededor de 2,294 Kg después de agotar su combustible. “En promedio, un objeto de masa similar reingresa a la atmósfera terrestre cada semana o dos“, indicó la ESA en su sitio web.
Los expertos de la ESA ya habían señalado que casi no había posibilidades de que los escombros causaran daños a los humanos y lo confirmaron en un comunicado después de que el satélite se desintegrara en la atmósfera terrestre.
“Las probabilidades de que un pedazo de satélite caiga sobre la cabeza de alguien se estiman en una entre mil millones“, había dicho anteriormente Benjamin Bastida Virgili, ingeniero de sistemas de escombros espaciales de la ESA.
Acerca del satélite europeo ERS-2
Cuando el satélite ERS-2, o satélite de Teledetección Europeo, fue lanzado en 1995, siguiendo a su satélite hermano, el ERS-1, lanzado cuatro años antes, era el satélite de observación terrestre más sofisticado de Europa, según la ESA.
Durante sus 16 años de operación, el ERS-2 recopiló datos que proporcionaron percepciones profundas sobre el cambio climático, devolviendo información sobre la disminución del hielo polar, los cambios en las superficies terrestres, el aumento del nivel del mar, el calentamiento de los océanos y la química atmosférica.
Cabe destacar que el satélite también monitoreó desastres naturales, incluidas inundaciones y terremotos, en áreas remotas del mundo.
El reingreso del satélite ERS-2 no solo marca el final de una era en la observación terrestre europea, sino que también resalta la importancia de la gestión sostenible de los satélites al final de su vida útil. Este evento subraya la necesidad continua de innovación en la reducción de basura espacial y en el desarrollo de tecnologías que permitan un descenso seguro de satélites y escombros, asegurando así la protección de la infraestructura espacial vital y la seguridad de las poblaciones en la Tierra.
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Fuente: dw.com