La cúpula del Telescopio Extremadamente Grande (ELT), de dimensiones equiparables a las de un rascacielos y que alcanzará un peso final de 6.100 toneladas, ha comenzado a desplazarse con una precisión sin precedentes en la historia tanto de la astronomía como de las grandes obras de ingeniería. Este desplazamiento, a una velocidad de 1 centímetro por segundo en las pruebas, marca un hito en términos de precisión y constituye un logro nunca antes visto.
La estructura, actualmente con un peso de 2.500 toneladas, es solo uno de los asombrosos elementos que componen el telescopio, proyectado para ser el más monumental en la categoría de telescopios ópticos e infrarrojos. Sin embargo, varios motivos sugieren que este podría ser el último telescopio de tal envergadura construido en la Tierra, superando los límites mecánicos actuales de la tecnología, según indican los expertos.
Acerca del Telescopio Extremadamente Grande (ELT)
Situado en el desértico paisaje de Atacama, en Chile, el ELT representa una proeza de ingeniería y ciencia. Más allá de la imponente cúpula, que alcanzará alrededor de las 6.100 toneladas, la característica más destacada del ELT es su espejo primario segmentado, con un diámetro de 39.3 metros. Este coloso compuesto por 798 elementos hexagonales supera con creces a los telescopios ópticos terrestres existentes. Con un espejo secundario de 4,2 metros de diámetro, el ELT no solo será capaz de captar luz en una escala 100 millones de veces superior a la percepción humana, sino que también superará en 13 veces la potencia de los telescopios ópticos más grandes en funcionamiento en la actualidad.
El ELT, a pesar de estar limitado por su anclaje en la Tierra debido al tamaño de su espejo, supera al Telescopio Espacial James Webb en términos de nitidez de imagen al utilizar sistemas de óptica adaptativa que corrigen la distorsión atmosférica y permiten deformar su estructura. A través del empleo de ocho unidades de estrella guía láser, logrará una precisión cinco veces mayor, posibilitando la observación sin precedentes del universo en luz visible y parte del espectro infrarrojo en la historia humana.
A diferencia del Webb, centrado en el espectro infrarrojo para estudiar el universo primitivo y galaxias distantes, el ELT tiene como objetivo principal la búsqueda de planetas en sistemas estelares ajenos, el análisis de la formación de estrellas y galaxias en el universo temprano y la medición directa de la expansión del cosmos. Ingenieros y astrofísicos anticipan que el ELT desempeñará un papel fundamental en la revelación de respuestas que actualmente permanecen inaccesibles, incluida la posibilidad de detectar vida en exoplanetas.
Adicionalmente, los progresos en la interferometría óptica podrían eventualmente posibilitar que varios telescopios más pequeños, tanto en la superficie terrestre como en el espacio, colaboren de manera virtual para formar un telescopio considerablemente más grande, eliminando así la necesidad de construcciones físicas masivas. Este ámbito aún se encuentra en fase experimental, pero gracias al avance de las comunicaciones y la inteligencia artificial, está cada vez más próximo a convertirse en una realidad. Por el momento, se contará con el ELT, cuya conclusión está programada para el año 2028. Este proyecto será la cúspide de la ingeniería astronómica durante décadas y posiblemente represente el punto culminante para los gigantes de la observación celestial.
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Fuente y foto: elconfidencial.com
Video: European Southern Observatory (ESO)