Inspenet, 6 de octubre 2023.
Investigadoras del Conicet y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en Argentina, lograron recuperar cabellos de vaca provenientes de una curtiembre y los emplearon para desarrollar baterías de litio-azufre más avanzadas y respetuosas con el medio ambiente. Este proyecto se llevó a cabo con el respaldo de YPF – Tecnologías (Y-TEC), la filial de YPF en colaboración con el Conicet, y la patente resultante se ha presentado en Estados Unidos.
Victoria Bracamonte, Guillermina Luque y Andrea Calderón obtuvieron una bolsa de cabellos de vaca de una persona conocida que trabajaba en una curtiembre. Su objetivo era transformar estos cabellos en biocarbones y junto con el equipo del Laboratorio de Energías Sustentables (LAES) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), se esforzaron en convertir estos desechos en la materia prima necesaria para la fabricación de baterías de litio de próxima generación.
El pelo de vaca constituye el principal residuo generado por las curtiembres, por lo que su conversión en materia prima posee un gran potencial, especialmente en un país como Argentina. De cada tonelada de piel de vaca procesada, se obtienen 85 Kg de cabellos residuales.
Baterías a partir del pelo de vaca
Las baterías convencionales están compuestas por un ánodo de grafito y un cátodo de cobalto y níquel, materiales costosos, dañinos para el medio ambiente y escasos. Sin embargo, al optar por utilizar azufre como material para el cátodo, se busca no solo preservar el entorno, sino también reducir los costos asociados. Para dar forma al cátodo y crear su estructura, se considera el uso de biocarbones obtenidos a partir de residuos orgánicos, como es el caso de los cabellos de vaca.
Victoria Bracamonte, una investigadora del Conicet y docente de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la UNC, desempeñó un papel fundamental al encargarse de lavar y desodorizar los cabellos. Estos cabellos fueron sometidos a dos procesos de cocción, alcanzando temperaturas de hasta 900 °Celsius y se les añadió azufre.
Luego, se ensambló una pequeña batería, similar a la de un reloj, utilizando un ánodo de litio puro. Los resultados logrados, afirman los investigadores, demostraron un excelente rendimiento electroquímico. El respaldo para llevar a cabo este proyecto provino de YPF – Tecnologías (Y-TEC), la filial de YPF en colaboración con el Conicet, que ya ha presentado la patente del proyecto en Estados Unidos.
La investigadora del Conicet, Victoria Bracamonte contó en un comunicado de la UNC que fueron dos años de trabajo duro, con la pandemia de por medio. “Los siguientes pasos son escalar la producción y conectar las industrias de la curtiembre y de las baterías para generar un proceso circular. Esto es a largo plazo”.
Por su parte, Ezequiel Leiva, investigador del Conicet y de la UNC e integrante de Laes agregó: “Se trata de baterías que podrían llegar a estar en el mercado recién dentro de 10 años. Son una tecnología muy distinta a la actual. El desarrollo y la prueba a escala industrial van a llevar tiempo. En todo caso, tampoco reemplazarán a las baterías actuales. Es probable que convivan”.