Inspenet, 26 de septiembre 2023.
El telescopio espacial James Webb (JWST) ha registrado la presencia de dióxido de carbono (CO2) en la región Tara Regio de “Europa”, una de las lunas más fascinantes de Júpiter.
Científicos de la NASA han realizado mediciones que revelan la existencia de CO2 en la superficie de “Europa”, la luna congelada de Júpiter. Estas observaciones, efectuadas por el JWST y su instrumento de infrarrojo cercano, proporcionan pruebas que sugieren una conexión entre el mar subterráneo de agua líquida y el CO2.
El JWST ha identificado la presencia de CO2 cristalino en la región Tara Regio de “Europa”, un área que se caracteriza por su topografía accidentada y la aparición reciente de materiales en la superficie. La NASA ha enfatizado que debido a las concentraciones de CO2 y su ubicación, se ha descartado la posibilidad de que provenga de fuentes externas, como impactos de meteoritos o la influencia de la magnetosfera de Júpiter.
La posible explicación
Los científicos responsables del reciente hallazgo aún no tienen una explicación clara sobre la presencia de CO2 en la superficie helada de “Europa”. Hasta el momento, la hipótesis más plausible sugiere que la corteza congelada de Tara Regio pudo haber experimentado fracturas, lo que posiblemente facilitó el intercambio de materiales entre el océano subterráneo y la superficie.
Actualmente, existe un debate en curso sobre la relación entre el océano interno y la capa de hielo de esta luna. El descubrimiento de CO2 y otros compuestos en el pasado ofrece la posibilidad de obtener más información sobre las características del océano de agua líquida sin necesidad de perforar directamente el hielo en el sitio.
Tara Regio también fue el lugar donde se detectó la presencia de cloruro de sodio en 2019. En ese momento, los astrónomos del Observatorio WM Keck en Hawái realizaron un análisis espectroscópico que reveló la existencia de sal en la región cercana al océano. Además de proporcionar evidencia significativa sobre la salinidad del mar de “Europa”, los astrónomos se sintieron alentados, ya que el cloruro de sodio en la superficie es un indicador de actividad hidrotermal en el lecho marino.
“En la Tierra, a la vida le gusta la diversidad química: cuanta más diversidad, mejor. Somos vida basada en el carbono. Comprender la química del océano de “Europa” nos ayudará a determinar si es hostil a la vida tal como la conocemos”, aseguró Geronimo Villanueva, científico del centro Goddard de la NASA y principal autor del nuevo reporte sobre la luna.
Lo que se sabe de “Europa”
“Europa”, al igual que Ío, Ganímedes y Calisto, forma parte del conjunto de satélites galileanos. Esta denominación proviene de su descubrimiento por parte del eminente astrónomo Galileo Galilei en 1610. Aunque “Europa” es la luna más pequeña entre estos satélites y ocupa la sexta posición en proximidad a Júpiter, destaca como uno de los cuerpos celestes más investigados debido a su potencial para albergar vida, a pesar de las extremas condiciones de su superficie con temperaturas que caen hasta los -223°C y una distancia de 628 millones de Km de la Tierra.
“Europa” también exhibe una gravedad comparativa a la de nuestro planeta. Se estima que los objetos en esta luna caen a una velocidad de 1.315 m/s², en contraste con los 9.8 m/s² experimentados por los humanos en la Tierra. Esto implica que, en caso de un viaje de un astronauta a “Europa”, su peso corporal sería solo aproximadamente un tercio mayor que en la Tierra, lo que facilitaría su movilidad en comparación con la Luna o Marte.