En el corazón del árido suroeste de Estados Unidos, se alza un gigante de concreto y acero: la Presa Hoover. Esta increíble obra, construida durante la Gran Depresión, no solo es una hazaña de ingeniería sin precedentes, sino también un pilar fundamental para la vida en la región. Conoce más de esta mega presa en este episodio de Genial Ingenio, presentado por Gregorio Rojas.
Presa Hoover: Un monumento a la determinación humana, construido con el sudor y el sacrificio de miles de trabajadores.
Con un presupuesto de construcción que superó los 700 millones de dólares actuales, la Presa Hoover se erigió como un símbolo de esperanza y progreso en una época de profunda crisis económica. Su construcción, iniciada en 1931 y culminada en 1936, implicó un esfuerzo titánico: el vertido de más de 2.484.803 metros cúbicos de concreto, suficiente para construir una carretera de dos carriles de costa a costa en el país.
La magnitud de la Presa Hoover es impresionante. Su altura alcanza los 221 metros, casi tan alta como un rascacielos de 60 pisos, y se extiende por 379 metros a lo largo del cañón del río Colorado. Su base, tan ancha como dos campos de fútbol colocados lado a lado, da cuenta de la enormidad del desafío que enfrentaron los ingenieros y trabajadores.
Lamentablemente, la construcción de esta obra maestra no estuvo exenta de sacrificios. 96 trabajadores perdieron la vida en el transcurso de la obra, un recordatorio del costo humano detrás de este logro monumental. Cada uno de ellos contribuyó a lo que sería una de las mayores proezas de la ingeniería del siglo XX, ganándose un lugar en la historia como héroes anónimos de la industrialización.
Una obra maestra de la ingeniería que sigue inspirando al mundo.
La Presa Hoover no solo revolucionó la generación de energía hidroeléctrica, con una capacidad instalada de cerca de 2.080 megavatios que alimenta a millones de hogares y negocios en Nevada, Arizona y California. También transformó el árido paisaje del suroeste en tierras fértiles y habitables. Más de 404.685 hectáreas de tierra se benefician del agua que regula, contribuyendo a la agricultura, al suministro de agua potable y al control de inundaciones en la región.
El lago Mead, creado por la presa, es hoy un próspero hábitat para la vida silvestre y un popular destino recreativo que atrae a turistas de todo el mundo. La Presa Hoover no es solo una maravilla de la ingeniería, es un legado de la determinación y la capacidad humana para superar los retos más formidables. Sigue siendo una fuente de inspiración, demostrando lo que es posible cuando la innovación se une al esfuerzo colectivo en busca de un bien común.
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