El robot que transforma la inspección robótica industrial
En el marco del evento NISTM 2025, Kimberley Hayes, presidenta y fundadora de Valkim Technologies, compartió los avances de su empresa en el campo de la inspección robótica. Con una trayectoria de tres décadas en desarrollo de negocios, Hayes lidera una compañía que está transformando la forma en que se inspeccionan los activos industriales y fomenta una comunidad de mujeres decididas a cambiar las reglas del juego.
Del garaje al campo industrial
Durante la pandemia, Hayes dio el salto que cambiaría su rumbo profesional, cansada de los lentos procesos corporativos para validar tecnologías, decidió fundar Valkim un viernes a las 3:30 de la tarde, para el lunes siguiente, ya estaba operativa. Su misión era clara: no vender herramientas, sino encontrar soluciones reales a problemas críticos en la inspección industrial.
Un asset owner, Mauricio Calva (entonces en Chevron), le preguntó si podía desarrollar un robot no eléctrico para inspecciones en zonas peligrosas, la respuesta fue pragmática: "No lo sé, pero lo intento". Con una caja de Coca-Cola, ruedas de cortadora de césped y dos taladros neumáticos, construyó en tres días un prototipo funcional, esa fue la semilla del primer robot de inspección robótica con certificación ATEX IECEx Zona 0.
Un robot sencillo para entornos complejos
El diseño de Valkim sigue la filosofía japonesa de "Poka-yoke", que busca evitar errores humanos, el robot es modular, con conexiones rápidas codificadas por colores, fácil de operar incluso sin experiencia previa. Gracias a una alianza con Versatile Technologies, puede realizar inspecciones por ultrasonido, visuales y detección de gases.
Su valor no radica solo en la tecnología, sino en su utilidad directa. Durante años, la inspección de sellos en tanques industriales se realizó manualmente: una persona se introducía en espacios confinados, retiraba el sello y usaba una varilla para medir, esa práctica, vigente desde los años 80, representaba un riesgo innecesario. El robot de Valkim elimina esa exposición sin sacrificar precisión ni eficiencia.
El valor de escuchar al usuario final
Uno de los factores importantes en el desarrollo exitoso de esta tecnología fue la colaboración directa con asset owners.
"Sin esa visión clara del problema real, sólo se crean iteraciones de lo mismo".
Kimberley Hayes.
La participación de quienes viven el problema en campo permitió que la solución fuera funcional desde el inicio, este modelo de co-creación con la industria ha permitido a Valkim adaptar su robot a las necesidades específicas de cada cliente. A diferencia de otras tecnologías impuestas desde el laboratorio, esta nace del uso real y se perfecciona en condiciones reales.
Pensar diferente para transformar la industria
"Las personas no necesitan un taladro de tres cuartos, necesitan un agujero de tres cuartos"
Cita Hayes.
Para reforzar su enfoque orientado a resultados, su robot no es un producto más en el mercado, es una solución que responde a una necesidad latente.
Sin embargo, el camino hacia una adopción masiva no es sencillo, las empresas demandan nuevas funciones y expansiones, pero sin la inversión necesaria, avanzar se vuelve complejo. Por eso, Hayes insiste en que el compromiso de la industria debe ir más allá de la curiosidad: es momento de implementar, escalar y evolucionar.
WITI: comunidad y colaboración entre mujeres del sector
Otro aspecto destacado de la entrevista fue el crecimiento de WITI (Women in the Tanks Industry), una comunidad impulsada por Hayes para conectar, compartir conocimientos y abrir espacios a más mujeres en un entorno históricamente masculino.
Lo que comenzó como una comida informal entre 15 mujeres durante un registro de evento, hoy es una red con más de 150 integrantes. Gracias al apoyo de NISTM, la iniciativa creció rápidamente, ahora cuenta con un grupo privado en LinkedIn donde se comparten necesidades, contactos y oportunidades de colaboración.
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Fuente: Inspenet.