Autódromo Nazionale di Monza: 100 años de historia y velocidad
El Autódromo Nazionale di Monza, universalmente conocido como el templo de la velocidad, celebra su centenario como un punto de referencia esencial para los deportes de motor y una obra maestra de la ingeniería civil. Inaugurado oficialmente el 3 de septiembre de 1922, este circuito no solo es el tercero más antiguo del mundo, después de Brookland e Indianápolis, sino que también ha sido un escenario crucial para el desarrollo de innovaciones deportivas y tecnológicas.
Autódromo Nazionale di Monza, un siglo de historia
Desde su inauguración oficial, la pista de carreras ha experimentado numerosas transformaciones, aunque las obras se habían suspendido brevemente por razones de valor artístico y paisajístico, la necesidad absoluta de un autódromo prevaleció, resultando en un circuito con características similares a las previstas, pero con un desarrollo total reducido a diez kilómetros. Su inauguración se llevó a cabo en un día lluvioso, con el primer ministro Facta presente, y la disputa de una carrera ganada por Pietro Bordino en un Fiat 501.
Uno de los elementos más distintivos de Monza es su paso elevado, conocido como el anillo de alta velocidad o catino di Monza (sopraelevata), este recinto construido en 1955, fue diseñado por los ingenieros Antonio Beri y Aldo Direnzo. Su objetivo principal era permitir a los vehículos alcanzar velocidades medias muy elevadas bajo condiciones uniformes, eliminando la necesidad de cambios de marcha y frenos, este paso elevado es único en el mundo, ha sido crucial para el automovilismo y para importantes investigaciones científicas, como el desarrollo de telepas, guardarraíles y asfalto drenante.

Evolución y modernización continua
Con cien años de funcionamiento, el circuito de carreras ha evolucionado significativamente su capacidad inicial de 10,000 asistentes y se ha expandido hasta alojar a 118,865 espectadores en la actualidad. A lo largo de los años, las intervenciones se han centrado en la mejora del rendimiento técnico, la velocidad, y las comodidades para los usuarios.
A lo largo de los años, el recinto ha sido objeto de diversas intervenciones que buscan constantemente la mejora de su ganancia técnica y de velocidad, así como de las comodidades y facilidades para sus usuarios. Las modificaciones en el diseño más reciente abarcan una amplia gama de mejoras e instalaciones modernas, que incluyen:
- La construcción de un helipuerto.
- Un moderno centro médico.
- Un área de simuladores.
- La instalación de tiendas, bares y bancos.
- La ampliación de la sala de prensa.
- Mejoras en la funcionalidad deportiva, la capacidad de alojamiento y la hostelería.
Este conjunto de intervenciones ratifica que Monza, a parte de ser un recinto deportivo, también es una obra de la ingeniería y arquitectura que continúa adaptándose a las exigencias del automovilismo contemporáneo. Al cumplir su primer siglo, el Autódromo Nazional di Monza se mantiene como un ejemplo de visión, innovación y excelencia técnica, proyectándose hacia las futuras generaciones como un espacio clave para el desarrollo del deporte motor.