Inspenet, 15 de julio 2023.
Los países de la Unión Europea han adoptado hoy un nuevo reglamento que establece objetivos específicos para mejorar la producción, uso, tratamiento y reciclaje de baterías, con el fin de abordar los riesgos ambientales y sociales en la Unión Europea.
Este reglamento revisado tomará en cuenta los avances tecnológicos y los desafíos futuros y abarcará todo su ciclo de vida, desde su diseño hasta el final de su vida útil. Además, se aplicará a todos los tipos de pilas vendidas en la UE.
El reglamento de la Unión Europea
Una de las metas establecidas en el reglamento es que los productores deberán recolectar hasta un 73% de los residuos de pilas portátiles para fines de 2030. Esto demuestra el compromiso de la UE de mejorar la gestión de las baterías y promover prácticas más sostenibles en su producción y uso.
“Al llegar al final de su vida útil, las baterías contienen una gran cantidad de recursos valiosos, y es importante que podamos reutilizar esas materias primas críticas en lugar de depender de otros países para obtener suministros”, afirmó la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien presidió la reunión informal de ministros de Medio Ambiente en Valladolid, en el marco de la presidencia española del Consejo.
El reglamento establece objetivos para que los productores recojan los residuos de pilas portátiles, con un objetivo del 63% para fines de 2027 y del 73% para fines de 2030. Además, se introduce un objetivo específico de recogida para las pilas utilizadas en medios de transporte ligeros, con un objetivo del 51% para fines de 2028 y del 61% para fines de 2031. Estas medidas demuestran el compromiso de promover su recolección y el reciclaje, con el objetivo de aprovechar al máximo los recursos y reducir la dependencia de otros países.
Además, el reglamento establece un objetivo para la recuperación de litio a partir de pilas usadas, con un objetivo del 50% para fines de 2027 y del 80% para fines de 2031. Sin embargo, estos objetivos podrían ser ajustados mediante actos delegados en función de las condiciones del mercado, los avances tecnológicos y la disponibilidad de litio.
El reglamento también introduce requisitos obligatorios de contenido reciclado mínimo para baterías industriales, estableciendo inicialmente niveles de 16% para cobalto, 85% para plomo, 6% para litio y 6% para níquel. También se establece un objetivo de eficiencia de reciclaje del 80% para las pilas de níquel-cadmio para fines de 2025 y del 50% para 2025.
Estas disposiciones buscan promover la recuperación y el reciclaje de materiales valiosos como el litio, y establecen estándares mínimos de contenido reciclado para ciertos metales. Asimismo, se fijan metas claras para la eficiencia de reciclaje, con el objetivo de mejorar la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental.
Trazabilidad de las baterías
Después de tres años y medio de la entrada en vigor de la legislación, se requiere que las baterías portátiles de los electrodomésticos estén diseñadas de manera que los consumidores puedan quitarlas y reemplazarlas fácilmente.
Para proporcionar información más clara a los consumidores, las baterías estarán etiquetadas con códigos QR que contengan detalles sobre su capacidad, rendimiento, durabilidad, composición química y el símbolo de “recogida selectiva”.
Además, las baterías LMT, las baterías industriales con una capacidad superior a 2 kWh y las baterías de vehículos eléctricos (EV) deberán contar con un “pasaporte de batería digital”. Este pasaporte incluirá información sobre el modelo de la batería, así como detalles específicos de cada batería individual y su uso correspondiente.
Estas medidas tienen como objetivo mejorar la transparencia y la información proporcionada a los consumidores sobre las baterías, incluyendo su facilidad de reemplazo, características técnicas y opciones de reciclaje adecuadas.
Además, todos los actores económicos que pongan baterías en el mercado de la Unión Europea (excepto las pequeñas y medianas empresas) deberán establecer e implementar una “política de diligencia debida”, de acuerdo con las normas internacionales, para abordar los riesgos sociales y ambientales asociados con el suministro, procesamiento y comercialización de materias primas.
La votación llevada a cabo este lunes en el Consejo marca la conclusión del proceso de adopción, lo que significa que el reglamento será firmado por el Consejo y el Parlamento Europeo y posteriormente publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea. A partir de su publicación, el reglamento entrará en vigor después de 20 días.
Estas medidas aseguran que los operadores económicos asuman la responsabilidad de abordar los impactos sociales y ambientales relacionados con las materias primas utilizadas en las baterías. Además, establecen un proceso claro para la adopción y aplicación de la legislación, asegurando que las regulaciones entren en vigencia dentro de un plazo razonable.