“La investigación preliminar ha sido sistemática y minuciosa. Se han analizado muchos movimientos de barcos para entender qué ocurrió. Además, se hizo un amplio examen del lugar del delito y muchos interrogatorios. En vista de la imagen de conjunto que tenemos podemos constatar que no hay jurisdicción sueca“, señaló en un comunicado el fiscal Mats Ljungqvist.
Así mismo, Ljungqvist señaló que el propósito principal de la indagación sobre los incidentes en los gasoductos Nord Stream era determinar si ciudadanos suecos participaron en la acción y si se empleó territorio sueco para llevar a cabo dicha acción, poniendo en riesgo la seguridad de Suecia; sin embargo, esto no se confirmó.
“No ha aparecido nada que indique que Suecia o ciudadanos suecos estuvieron implicados en el atentado que ocurrió en aguas internacionales“, resaltó la Fiscalía.
Es importante señalar que Ljungqvist resaltó la efectiva colaboración con las autoridades danesas y, especialmente, alemanas, a las cuales proporcionaron evidencia que podría ser utilizada en la investigación en Alemania.
“La investigación alemana continúa y, a causa del secreto que rige la colaboración judicial internacional, no puedo comentar más sobre esta. Por el mismo motivo no podré dar más detalles de las conclusiones de la investigación sueca o sobre eventuales sospechosos en ella“, afirmó Ljungqvist.
¿Quién cometió el sabotaje a Nord Stream?
La Fiscalía sueca había confirmado previamente que se trató de un acto de “sabotaje grave”, presumiblemente llevado a cabo por un actor estatal. En total, se identificaron dos fugas en cada uno de los gasoductos, dos en la zona danesa y dos en la sueca, todas en aguas internacionales. Los Gobiernos afectados pronto calificaron estos eventos como “sabotaje” y señalaron a un actor estatal. Las tres principales fugas se cerraron a principios de octubre del mismo año, al lograr una presión estable en las tuberías, aunque la fuga más pequeña continuó activa durante algunos días más.
Cabe destacar que ambos gasoductos no estaban operativos cuando ocurrieron los incidentes. El primero dejó de suministrar gas debido a problemas técnicos, según Moscú, mientras que el segundo nunca fue puesto en marcha, ya que el Gobierno alemán lo bloqueó después de que Moscú reconociera las autoproclamadas repúblicas separatistas del Donbás en febrero de 2022.
Los países afectados, así como el resto de la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Rusia, coinciden en caracterizar los incidentes como actos de sabotaje, aunque existen divergencias respecto a la posible autoría. Moscú ha culpado a países “anglosajones”, refiriéndose a la oposición sostenida por Washington durante años.
Por otro lado, algunos países occidentales han señalado en una dirección opuesta. Una investigación liderada por el periodista estadounidense Seymour Hersh sugirió la participación de la inteligencia de EE.UU., con la colaboración de Noruega y otros países occidentales. Posteriormente, medios de Estados Unidos y Alemania indicaron a un grupo proucraniano como responsable del sabotaje.
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