SpaceX está a punto de llevar a cabo una de las pruebas más ambiciosas de su historia. A partir de marzo de 2025, la compañía planea demostrar la viabilidad de la prueba de reabastecimiento orbital entre dos de sus naves Starship, un paso fundamental para los próximos objetivos de la empresa, que incluyen misiones a la Luna y, eventualmente, a Marte.
La histórica prueba de reabastecimiento orbital de SpaceX
El plan de SpaceX es lanzar dos naves Starship al espacio, primero enviando una a la órbita terrestre baja y, semanas después, la segunda nave se unirá para realizar la transferencia de propulsor. Esta será la primera vez que se intente este tipo de maniobra a gran escala.
Según Kent Chojnacki, subdirector del programa Human Landing System de la NASA, una vez que se logre, la transferencia de grandes cantidades de combustible fuera de la atmósfera terrestre abrirá nuevas oportunidades para misiones más largas y ambiciosas.
Una colaboración con la NASA para el programa Artemis
Además de ser un gran avance para SpaceX, la prueba de reabastecimiento tiene un componente crucial para la NASA, que confía en Starship para llevar a cabo su misión Artemis. El contrato de la NASA con SpaceX, que asciende a 4.050 millones de dólares, busca desarrollar vehículos capaces de aterrizar en la superficie lunar.
A diferencia de los tradicionales cohetes SLS de la NASA, Starship promete un modelo reutilizable, lo que la convierte en una opción más económica y eficiente para las futuras misiones espaciales.
El reabastecimiento en órbita es clave para las misiones de la NASA y tiene implicaciones a largo plazo para la exploración de Marte. SpaceX ha destacado que, con la tecnología de transferencia de combustible en el espacio, será posible transportar grandes cantidades de carga y establecer bases en otros cuerpos celestes, como la Luna y Marte, mucho más allá de lo que es posible con los actuales métodos de envío de combustible desde la Tierra.
Próximos objetivos: De las pruebas a la implementación lunar
El proceso de prueba se extenderá durante varios meses, con una revisión crítica de diseño de Starship programada para 2025. Mientras tanto, la NASA sigue trabajando junto a SpaceX para garantizar que la nave cumpla con los rigurosos requisitos para el aterrizaje en la Luna en 2026.
Las futuras actualizaciones de diseño y los avances en la tecnología de propulsión de Starship serán clave para este proyecto, que podría transformar la manera en que entendemos la exploración espacial.
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Fuente: TechCrunch
Foto: Shutterstock