El gigante italiano de ingeniería Saipem finalizó la instalación del gasoducto submarino del proyecto Irpa, dirigido por Equinor, en uno de los ambientes más desafiantes del planeta: el Mar de Noruega. Esta operación se convierte en la más profunda ejecutada hasta ahora en un desarrollo submarino noruego.
La instalación del ducto submarino
Durante 84 días ininterrumpidos, el buque Castorone —una embarcación en la flota de tendido de Saipem— llevó a cabo el despliegue de una línea de doble tubería de aproximadamente 80 kilómetros, diseñada para soportar las exigentes condiciones del fondo marino a 1350 metros de profundidad.
La tecnología aplicada, conocida como Pipe-in-Pipe, consiste en un sistema de doble conducto: una tubería interna que transporta el gas y otra externa que actúa como aislamiento térmico y protección estructural. Este diseño permite mantener la temperatura del hidrocarburo y evita la formación de hidratos o ceras, algo crítico en las aguas frías de Noruega.
La línea submarina conectará el sistema de producción del campo Irpa con la plataforma Aasta Hansteen, situada al norte del Mar de Noruega. Esta conexión ampliará la capacidad de procesamiento de gas noruego desde aguas profundas hacia la infraestructura existente, fortaleciendo la estrategia energética de Equinor en la región.
Las operaciones fueron coordinadas desde el puerto de Sandnessjøen, desde donde se cargaron las juntas prefabricadas y el equipamiento a buques de apoyo. Posteriormente, todo el material fue transferido al Castorone para ser desplegado en el lecho marino. La ejecución logística fue clave para el éxito del proyecto en un entorno operativo complejo.
Fuente y foto: Saipem