El trío de robots asistentes de vuelo libre de la NASA llamados Astrobees ayudan a los astronautas y realizan investigaciones valiosas, incluidas muchas investigaciones patrocinadas por el Laboratorio Nacional de la ISS.
Queen, Honey y Bumble: los robots asistentes de la ISS
En la Estación Espacial Internacional (ISS) los Astrobees, asisten a los astronautas y llevan a cabo investigaciones de gran valor. Estas incluyen proyectos auspiciados por el Laboratorio Nacional de la ISS, como se detalla en la última edición de Upward, su revista oficial.
Además, los Astrobees, bautizados como Queen, Honey y Bumble, son utilizados por los investigadores para evaluar nuevas tecnologías que tienen aplicaciones cruciales tanto para futuras misiones espaciales como para operaciones de retorno a la Tierra.
Por ejemplo, en un estudio reciente, la compañía Bosch, en colaboración con Astrobotic, ha empleado estos robots para experimentar con una tecnología de micrófonos inteligentes. Esta innovación tiene el potencial de detectar anomalías en naves espaciales y otro tipo de equipamiento a través del análisis de sonidos, lo que podría significar un avance significativo en la monitorización y mantenimiento de sistemas espaciales.
Por otro lado, en un esfuerzo conjunto entre el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Agencia Espacial Alemana, los Astrobees han sido fundamentales para testar algoritmos y tecnologías diseñadas para asistir en la recuperación de satélites que puedan estar fallando en el espacio.
Los Astrobees y las nuevas generaciones de astronautas
Los Astrobees también desempeñan un rol clave en la formación de la próxima generación de profesionales del sector espacial. Esto se manifiesta a través de la competencia Zero Robotics del MIT, parte del programa Space Station Explorers. En esta competencia, estudiantes de sexto a duodécimo grado tienen la oportunidad de desarrollar códigos que controlan estos robots en diversos desafíos dentro de la estación.
Este programa además de enseñar habilidades de programación, permite a los jóvenes interactuar directamente con los astronautas, fomentando así su interés por las carreras científicas y de ingeniería.
Así mismo, el impacto educativo de iniciativas como Zero Robotics es profundo, ya que combina teoría y práctica en un entorno estimulante. Observar cómo sus códigos cobran vida en el espacio no solo inspira a los estudiantes, sino que también les proporciona una comprensión práctica de la física y la ingeniería espacial, preparándolos para los desafíos del mañana.
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Fuente y foto: azorobotics