En el mundo de la robótica a pequeña escala, Carnegie Mellon University ha dado un paso trascendental con la presentación de Zippy: el robot bípedo autónomo más pequeño registrado hasta ahora. Equipado con una batería integrada, un único actuador y un sofisticado sistema de control, Zippy puede desplazarse con sorprendente agilidad, alcanzando velocidades de hasta 10 longitudes de pierna por segundo.
Una estructura mínima con resultados máximos
Zippy mide aproximadamente lo mismo que una minifigura de Lego, pero supera en eficiencia a robots de mayor tamaño. Su locomoción se basa en una mecánica simplificada: levanta una pata frontal, desplaza su centro de masa y permite que la otra pierna se balancee libremente. Este diseño, desarrollado por un equipo liderado por Aaron Johnson y Sarah Bergbreiter, evita componentes complejos como servomotores, incorporando en su lugar un tope mecánico que limita el movimiento articular.
Gracias a su configuración autónoma, Zippy no depende de ningún sistema externo para funcionar. Puede desplazarse por superficies irregulares, subir escalones pequeños y ejecutar maniobras de giro con notable estabilidad. Estas cualidades lo convierten en un fuerte candidato para misiones de búsqueda y rescate, inspección de infraestructuras industriales o exploración en entornos geológicamente complejos.
Robot bípedo con sensores y control autónomo
Este avance forma parte de una investigación financiada por la National Science Foundation (NSF) para entender mejor la locomoción en robots diminutos. El equipo de CMU planea integrar sensores de visión a Zippy permitiéndole navegar de forma autónoma en ambientes desconocidos. Además, se estudia el despliegue de enjambres de estos robots para tareas coordinadas de reconocimiento y rescate.
Todos los controles, la energía y el motor de Zippy, están integrados, lo que le permite operar de forma autónoma. Con una velocidad de 10 patas por segundo, es también el robot bípedo más rápido. Fuente: College of Engineering, Carnegie Mellon University
Zippy no es el primer intento del equipo: su diseño se apoya en experiencias previas como Mugatu, un robot también bípedo con un único actuador. La colaboración de estudiantes universitarios como Soma Narita y Josef Macera ha sido clave para mejorar la eficiencia estructural del modelo.
El desarrollo de robots con patas a microescala plantea retos significativos, desde la autonomía energética hasta la estabilidad en terrenos complejos. Sin embargo, proyectos como el de Zippy muestran cómo es posible superar estas barreras con ingeniería innovadora y una visión funcional clara. La microrrobótica avanza con pasos firmes y Zippy es una muestra tangible de lo que viene.
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Fuente y foto: Universidad Carnegie Mellon