En las últimas semanas, el Estrecho de Ormuz ha vuelto a captar la atención internacional tras el incremento de tensiones entre Irán y Estados Unidos, motivado por bombardeos a instalaciones nucleares iraníes y amenazas de cierre del paso marítimo. Esta situación ha reavivado los temores sobre la seguridad del tránsito energético global y el posible impacto en los mercados petroleros.
¿Dónde se encuentra el Estrecho de Ormuz?
El Estrecho de Ormuz es un paso marítimo natural que conecta el golfo Pérsico con el golfo de Omán y, por extensión, con el mar Arábigo. Se localiza entre Irán (al norte) y los Emiratos Árabes Unidos y Omán (al sur). Tiene una anchura de 39 Km en su parte mas angosta, pero su canal de navegación efectivo está limitado a dos vías de aproximadamente 3 Km cada una, utilizadas para el tránsito en direcciones opuestas, sumando unos 6 Km de navegación activa en total.

El Estrecho de Ormuz es uno de los puntos más estratégicos del mundo por una razón clave: es la principal vía de transporte del petróleo que sale del golfo Pérsico. Por este paso transita aproximadamente el 21% del petróleo mundial, lo que equivale a más de 21 millones de barriles por día, según la Agencia Internacional de Energía (AIE). Además, gestiona cerca del 27% del flujo mundial de gas licuado de petróleo (GLP).

Tensión geopolítica entre Irán y Estados Unidos
El Estrecho de Ormuz ha sido escenario recurrente de tensiones geopolíticas. Durante la década de 1980, en el contexto de la guerra entre Irán e Irak, ambos países atacaron buques petroleros enemigos en lo que se conoció como la «Guerra de los Petroleros».
Desde los años 2000 hasta el presente, Estados Unidos ha mantenido una presencia militar activa para asegurar la libre navegación en la zona, mientras que Irán ha amenazado en múltiples ocasiones con cerrar el estrecho en respuesta a sanciones económicas o acciones militares por parte de Occidente. De hecho, el Parlamento iraní ha llegado a aprobar mociones para su cierre como medida de presión geopolítica.
Cierre del Estrecho de Ormuz
El cierre o bloqueo del Estrecho de Ormuz tendría consecuencias económicas globales. No solo interrumpiría el flujo de petróleo, sino también el de gas natural licuado (GNL), especialmente desde Qatar. Las rutas alternativas por oleoductos no tienen la capacidad suficiente para compensar la pérdida. Un cierre podría provocar la pérdida de hasta cinco millones de barriles diarios de petróleo según autoridades iraquíes.
Además, cualquier conflicto en la zona involucra a actores internacionales como EE.UU., China, la Unión Europea y Rusia, dada su dependencia energética o intereses geopolíticos. Recientemente, China ha pedido estabilidad en Oriente Próximo ante posibles bloqueos del estrecho.
Medidas alternas ante el cierre
Ante esta vulnerabilidad, se han implementado diversas estrategias a nivel internacional. Una de las más importantes es la presencia naval en la región: Estados Unidos, junto con aliados como Reino Unido y Francia, patrullan de forma constante el Estrecho de Ormuz para garantizar la seguridad del tránsito marítimo. En 2023, comandantes navales de estas tres potencias navegaron conjuntamente por el estrecho como una clara muestra de unidad frente a las amenazas de Irán.
Además, varios países han impulsado la diversificación de rutas energéticas para reducir su dependencia de esta vía. Un ejemplo de ello es el oleoducto Habshan-Fuyairah en los Emiratos Árabes Unidos, que permite exportar petróleo sin necesidad de pasar por el estrecho. Finalmente, también se han promovido foros multilaterales de diplomacia energética con el objetivo de estabilizar la región, fomentar el diálogo entre las potencias involucradas y prevenir conflictos mayores que afecten el comercio global.
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Fuente: Inspenet
Fotos: Wikipedia / Shutterstock