En una colaboración internacional liderada por expertos en robótica del Fraunhofer IFF, se ha desarrollado una nueva norma ISO que establece un método uniforme para evaluar la fuerza y presión ejercidas por los robots colaborativos (cobots) durante el contacto. Esta norma es fundamental para garantizar una interacción segura entre humanos y robots en el entorno laboral.
Los cobots, diseñados para trabajar mano a mano con los humanos, hacen que las tareas manuales sean menos monótonas y más atractivas, además de ayudar a las empresas a asegurar su viabilidad a largo plazo. Sin embargo, la colaboración estrecha entre personas y máquinas exige un conocimiento profundo sobre la seguridad. Por ello, se creó un recurso digital en el marco del proyecto de investigación de la UE COVR, con el objetivo de facilitar el intercambio de conocimientos y la validación de aplicaciones de cobots entre las empresas.
Sobre la nueva norma ISO
Desde septiembre de 2020, los investigadores del Fraunhofer IFF se basaron en los hallazgos del proyecto COVR para formular un nuevo estándar que permite verificar las fuerzas de contacto y las presiones en los cobots, que están protegidos por limitaciones de fuerza y potencia según los límites biomecánicos establecidos por la ISO/TS 15066. Este trabajo culminó en la redacción de la norma ISO/PAS 5672:2023, que recientemente ha sido publicada. Dicha norma integra los avances más recientes en investigación y prácticas de prueba, facilitando así la evaluación de los cobots.
El estándar fue elaborado por el Grupo de Trabajo 8 de ISO/TC 299, dedicado a los Métodos de validación para aplicaciones colaborativas. Bajo la dirección del Dr. Roland Behrens, líder del equipo de seguridad e integración HRC basado en modelos del Fraunhofer IFF, el grupo se enfocó en cómo las distintas regulaciones de los países miembros de la ISO podrían armonizarse y mejorarse con los últimos resultados de investigación.
Esta era la única forma de establecer un método de prueba estándar y consensuado para las futuras aplicaciones de cobot. “Las regulaciones nacionales iniciales no abordaban adecuadamente esta cuestión, y muchos aspectos aún estaban sin resolver o eran contradictorios en algunos casos. Aquí pudimos aplicar de manera óptima los resultados del proyecto COVR”, señaló Behrens sobre la situación inicial.
Así mismo, Behrens expresó su entusiasmo por ver el impacto de este estándar en el mundo de la robótica y la seguridad en la colaboración humano-robot. Además, anticipó que el próximo proyecto ISO simplificará aún más la certificación de cobots.
Las normas ISO y el futuro de la colaboración humano-robot
Mirando hacia el futuro, esta normativa podría actuar como catalizador para el desarrollo de tecnologías de cobots aún más avanzadas y seguras, fomentando una colaboración más estrecha y eficaz entre humanos y robots.
A medida que los cobots se vuelvan más inteligentes y capaces de realizar tareas complejas de manera autónoma, la normativa ISO seguirá evolucionando para abordar los nuevos desafíos de seguridad que surjan. Este ciclo de innovación y regulación garantizará que los beneficios de la robótica colaborativa se puedan aprovechar al máximo, manteniendo al mismo tiempo un entorno de trabajo seguro para todos.
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