La NASA prueba un nuevo combustible de fuente de calor para misiones espaciales

Los simuladores proporcionados por Leicester emulan la geometría y rendimiento térmico del americio-241, usando calentadores eléctricos.
Americio-241 un nuevo combustible de fuente de calor por la NASA

Con el objetivo de garantizar energía confiable y duradera en futuras misiones a regiones remotas del sistema solar, la NASA y la Universidad de Leicester están probando un nuevo combustible de fuente de calor radioisotópica basada en americio-241. Esta opción podría complementar o incluso sustituir al tradicional plutonio-238, que ha sido el principal recurso energético en naves como la Voyager y el rover Perseverance.

Americio-241: un nuevo combustible de fuente de calor

Durante las últimas dos décadas, investigadores europeos han evaluado el potencial del americio-241 como fuente energética para entornos extremos. Su disponibilidad, especialmente en Reino Unido, y su vida media prolongada lo convierten en un candidato atractivo. Gracias a un acuerdo entre el Centro de Investigación Glenn de la NASA y la Universidad de Leicester, se iniciaron pruebas con simuladores térmicos que replican el comportamiento de este isótopo en condiciones reales.

Para convertir el calor en electricidad, el equipo utilizó convertidores Stirling de pistón libre. A diferencia de los motores tradicionales, estos no requieren piezas giratorias ni cojinetes, lo que reduce el desgaste mecánico. Esta tecnología permite generar energía continua durante décadas, ideal para misiones de larga duración.

Los simuladores proporcionados por Leicester emulan la geometría y rendimiento térmico del americio-241, usando calentadores eléctricos. En paralelo, el laboratorio de conversión térmica de Glenn aportó el hardware Stirling y la infraestructura de pruebas. Un aspecto destacado del sistema es su capacidad de continuar generando energía incluso si un convertidor presenta fallos, lo que refuerza su confiabilidad en escenarios remotos.

Las pruebas superaron las expectativas tanto en eficiencia como en estabilidad operativa. Actualmente, se trabaja en una nueva versión del sistema, con menor peso y mejor adaptación ambiental. Esta evolución tecnológica abre la puerta a nuevas estrategias energéticas para la exploración espacial, reduciendo costos y aumentando la autonomía de las misiones.

La sinergia entre ambas instituciones permitió avanzar desde una idea conceptual hasta un prototipo funcional en tiempo récord. La experiencia de Leicester en el manejo del americio y la capacidad técnica de la NASAsentaron las bases de una cooperación que podría transformar el suministro energético de futuras expediciones espaciales.

¡Síguenos en las redes sociales y no te pierdas ninguna de nuestras publicaciones!

YouTube LinkedIn Facebook Instagram X (Twitter) TikTok

Fuente y foto: NASA