La NASA ha confirmado oficialmente que el helicóptero alimentado por energía nuclear de la misión Dragonfly, procederá con su misión de explorar Titán, la luna más grande de Saturno, en 2028. A pesar de los desafíos presentados por la pandemia de COVID-19 y diversos sobrecostos, la misión está en marcha para investigar este cuerpo celeste, conocido por su densa atmósfera y características únicas.
Titán, situado a unos 1,200 millones de Km de la Tierra destaca como la segunda luna más grande del sistema solar y además, es la única luna conocida que posee una atmósfera significativa, más densa que la de la Tierra. La atmósfera de Titán es rica en nitrógeno y metano y este último contribuye a un ciclo de hidrocarburos complejos que forman nubes y precipitan en la superficie, creando lagos de metano y etano.
El surgimiento de la misión Dragonfly
Dada la complejidad de explorar un entorno tan único, los métodos convencionales como módulos de aterrizaje fijos no son suficientes. Así que inspirándose en el éxito prolongado del helicóptero Ingenuity en Marte, la NASA ha optado por utilizar tecnología similar para Dragonfly. Este helicóptero puede saltar de un lugar a otro en Titán, lo que le permite explorar extensamente el terreno pantanoso y costero de la luna.
Dragonfly no solo realizará estudios geológicos; también se centrará en la química orgánica y buscará biofirmas. Aunque Titán no es considerado un candidato probable para albergar vida, su entorno puede ofrecer pistas sobre las condiciones prebióticas similares a las que se cree dieron origen a la vida en la Tierra.
Así mismo, la misión utilizará avanzados instrumentos científicos, como un sistema de retrodispersión de radiación y un espectrómetro de masas, para analizar la química local y registrar datos sobre el clima y la sismología de Titán. Esto proporcionará una visión más profunda de la estructura interna de la luna.
Nuevas exigencias
Es importante mencionar que debido a retrasos anteriores y desafíos presupuestarios, la misión Dragonfly ahora necesitará un cohete más grande y potente para lanzarse y llegar a Titán para la fecha prevista de 2034.
Nicky Fox, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas en la sede de la NASA, expresó entusiasmo por la misión, destacando su potencial para ampliar los límites de lo que es posible en la exploración helicóptera fuera de la Tierra.
La misión Dragonfly además de representar un hito en la exploración espacial, fomenta la innovación en tecnología de vuelo autónomo en entornos extraterrestres. Esta misión podría sentar las bases para futuras exploraciones de otros cuerpos celestes con atmósferas densas o superficies complejas, abriendo nuevas fronteras en la robótica aeroespacial.
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Fuente y foto: newatlas.com