La central nuclear de Paluel, una de las más grandes de Francia, volvió a enfrentar serios contratiempos operativos tras la llegada masiva de medusas que obstruyeron su sistema de refrigeración. Es el segundo incidente similar en menos de un mes en instalaciones nucleares francesas, lo que pone de relieve una creciente amenaza ambiental para la infraestructura energética del país.
Reducción de la producción en la central nuclear de Paluel
Según informó EDF (Électricité de France), el enjambre de medusas afectó directamente los filtros de la estación de bombeo de agua marina, lo que obligó a detener uno de los cuatro reactores y a reducir la potencia de otro como medida preventiva.
Esta situación provocó una disminución de 2,4 gigavatios en la producción eléctrica, lo que representa casi la mitad de la capacidad total de Paluel, ubicada en la región de Normandía.
Este episodio se suma al registrado semanas atrás en la planta de Gravelines, en el norte del país, donde una acumulación «masiva e impredecible» de medusas bloqueó los sistemas de refrigeración, obligando a parar temporalmente varias unidades.
Ambos casos tienen como factor común las altas temperaturas del mar, que propician la proliferación de esta fauna marina cerca de las tomas de agua de las centrales.
Vulnerabilidad de las centrales costeras
Tanto Paluel como Gravelines se abastecen de agua para enfriar los reactores desde el mar, lo que las vuelve especialmente sensibles a alteraciones del ecosistema costero. Investigadores advierten que el cambio climático, a través del calentamiento de los océanos, está favoreciendo este tipo de fenómenos con mayor frecuencia e intensidad.
EDF informó que las maniobras de seguridad se activaron a las 21:00 hora local, tras detectar la obstrucción en la zona no nuclear de la instalación. Los técnicos trabajan actualmente en los procedimientos de limpieza y revisión para restablecer el funcionamiento completo de las unidades afectadas.
La energía nuclear representa cerca del 70% de la matriz energética francesa, por lo que estas interrupciones, aunque controladas, generan preocupación sobre la resiliencia de las plantas ante amenazas ambientales externas.
Las autoridades energéticas evalúan si deben implementarse nuevas estrategias de prevención en centrales situadas en zonas costeras.
Fuente: BBC
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