La mayor expansión de gasoductos en Texas desde 2008 en EE.UU.

Doce proyectos de infraestructura impulsarán las exportaciones de gas natural hacia Asia y Europa a partir de 2025
Expansión de gasoductos en EE.UU. para 2025

En 2025, Estados Unidos vivirá la mayor expansión de su infraestructura gasífera en casi dos décadas, con un total de 12 proyectos expansión de gasoductos en Texas, Luisiana y Oklahoma. Estos proyectos incrementarán la capacidad de transporte de gas en la región del Golfo de México en un 13%, según estimaciones de la Administración de Información Energética (EIA).

Estas obras no solo responden al aumento de la producción de gas, especialmente en la Cuenca Pérmica, sino que también buscan alimentar la nueva ola de terminales de gas natural licuado (GNL) que comenzarán a operar a partir de 2027.

Proyectos estratégicos y empresas involucradas

Entre los proyectos más destacados se encuentra el gasoducto Río Bravo, un ducto de 220 kilómetros que desarrollará Enbridge Inc. para abastecer el complejo de GNL Río Grande de NextDecade en Brownsville. También figura el oleoducto Blackcomb, de 589 kilómetros, liderado por un consorcio que incluye a Whitewater Midstream, MPLX LP, Targa Resources y la propia Enbridge.

Otra empresa relevante es Energy Transfer, que está construyendo el gasoducto Hugh Brinson, de 718 kilómetros, con la meta de conectar el oeste de Texas con Dallas-Fort Worth y, desde allí, alimentar terminales de exportación y centros de datos.

A estos se suman Kinder Morgan, Williams Cos. y Enterprise Products Partners, que recientemente anunció junto a ExxonMobil una ampliación del oleoducto Bahía, fundamental para transportar líquidos de gas natural hacia Houston.

¿Por qué está sucediendo esto?

La expansión de gasoductos tiene la finalidad de reforzar el liderazgo de EE.UU. como mayor exportador mundial de gas natural. Las nuevas terminales de GNL, muchas en plena construcción, apuntan a cubrir la creciente demanda en Europa, Asia y América Latina, fortaleciendo una red de exportación que puede transformar el rol geoestratégico de Estados Unidos en los próximos años.

Por otro lado, en la región de Permian, al oeste de Texas, hay tanto gas que los gasoductos existentes están saturados. Esto ha llegado a causar que el precio del gas en la zona caiga por debajo de cero, haciendo que las empresas tengan que pagan para que se lleven el exceso, por lo que los nuevos gasoductos aliviarán este cuello de botella.

Perspectivas en contra

Sin embargo, el crecimiento acelerado de infraestructuras fósiles también ha generado oposición. Diversos colectivos ambientalistas advierten que estos desarrollos consolidarán el uso de gas durante varias décadas, frenando los avances hacia una matriz energética limpia.

Las nuevas infraestructuras «encierran» las emisiones de gases de efecto invernadero, haciendo casi imposible evitar los peores efectos del cambio climático.

Perspectivas para 2027

Se espera que en 2027 se añada una cantidad similar de capacidad de gasoductos a la que se instalará en 2025, prolongando así el ciclo de inversiones y consolidando a EE.UU. como epicentro de la infraestructura energética global.

Fuente: Yahoo Finance