En la industria, el reciclaje textil sigue siendo una de las tareas más complejas. Apenas un 9% de los plásticos y un 0,5% de las prendas textiles se reciclan a nivel global. La razón principal es la dificultad para procesar materiales compuestos como las mezclas de poliéster con algodón o nylon con elastano. Estos tejidos, combinados con cremalleras, botones o tintes, hacen inviable su reutilización con métodos tradicionales.
Frente a este panorama, la startup estadounidense MacroCycle propone un avance técnico que puede cambiar la situación. Su método de reciclaje químico permite descomponer residuos textiles sin necesidad de clasificarlos previamente, reduciendo costos, consumo energético y barreras logísticas para las industrias que generan residuos.
Un enfoque molecular para recuperar polímeros útiles
La innovación clave del proceso está en el uso de estructuras circulares llamadas macrociclos. En lugar de romper los polímeros hasta su estado básico, MacroCycle los obliga a reorganizarse en anillos estables que pueden separarse fácilmente de otros materiales. Posteriormente, estos anillos se abren y se reensamblan en polímeros nuevos listos para ser reutilizados como poliéster.
Este método evita el reprocesamiento completo que requiere gran cantidad de energía y químicos, logrando una eficiencia energética notable: hasta 80% menos que producir poliéster virgen a partir de combustibles fósiles.
Reciclaje textil y viabilidad económica en la moda
MacroCycle, que surgió en los laboratorios del MIT y cuenta con el respaldo de Breakthrough Energy, está en proceso de escalar su tecnología. Actualmente produce lotes de prueba de 100 kilos y colabora con marcas de moda que buscan reducir su impacto ambiental sin alterar sus márgenes de producción.
Lo más destacable es que esta solución permite obtener poliéster reciclado al mismo coste que el plástico virgen, eliminando uno de los mayores frenos para la adopción masiva de materiales sostenibles.
implicaciones industriales más allá del sector textil
Aunque el enfoque inicial está en la moda, el potencial de MacroCycle es aplicable a otros sectores que utilizan plásticos de difícil reciclaje, como el embalaje o la automoción. La posibilidad de implementar plantas locales de reciclaje químico también abre oportunidades para generar empleo y reducir dependencia de materias primas importadas.
Para la CEO de MacroCycle, Peña Feliz, la clave está en cambiar el juego de incentivos del mercado: “La transformación no vendrá de las petroleras. Hay que hacer que no cambiar les resulte más caro”.
Fuente y foto: MacroCycle vía Ecoinventos