En el esfuerzo global por reducir las emisiones de carbono en la construcción, investigadores de la Universidad RMIT en Australia han presentado un desarrollo prometedor: un hormigón más resistente y ecológico creado con arcilla de baja calidad. Este enfoque podría transformar el uso de materiales disponibles y menos costosos en la industria del cemento, que actualmente contribuye con el 8% de las emisiones globales de CO₂.
Menos emisiones y mejor rendimiento
En lugar de utilizar caolín de alta pureza, cuya demanda está en aumento por su aplicación en cerámicas, cosméticos y papel, el equipo de RMIT mezcló caolín de baja calidad con illita, una arcilla también subestimada.
La mezcla fue calcinada a 600 °C en un proceso conjunto, lo que resultó en una mayor reactividad puzolánica. Según la Dra. Chamila Gunasekara, esta combinación permitió reemplazar hasta un 20% del cemento tradicional sin comprometer el rendimiento del concreto.
Beneficios estructurales del uso de arcilla de baja calidad
El nuevo material exhibió mejoras significativas: la porosidad se redujo un 41%, la resistencia a la compresión aumentó un 15% y se registró un 18% más de material desordenado beneficioso para la durabilidad. Además, el compuesto retiene más agua en forma estable, mejorando las reacciones a largo plazo que fortalecen la estructura interna.
Este avance se apoya en una herramienta computacional desarrollada por RMIT y la Universidad de Hokkaido, que evalúa el comportamiento del concreto basado en distintas mezclas de arcilla. El Dr. Yuguo Yu explicó que esta plataforma reduce la necesidad de pruebas extensas en laboratorio, optimizando las formulaciones según los tipos de arcilla y condiciones locales.
Hacia una construcción circular
Este trabajo forma parte del Centro TREMS, liderado por la profesora Sujeeva Setunge, que impulsa soluciones industriales sostenibles usando residuos recuperados. La colaboración con instituciones internacionales, como la Instalación Europea de Radiación Sincrotrón, está permitiendo ampliar la investigación en condiciones reales. Se estima que el mercado de caolín alcance los 6.000 millones de dólares para 2032, lo que podría abrir nuevas oportunidades para la arcilla illítica.
Con este enfoque innovador, la industria del hormigón podría dar un paso firme hacia una economía más sostenible y resiliente. Este hallazgo ha sido publicado en la revista especializada Construction and Building Materials de ScienceDirect.
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Fuente y fotos: RMIT