El Instituto Tecnológico de la Energía (ITE) ha creado una biopila que se integra en prendas deportivas, utilizando el sudor como fuente de energía. Este avance se presentó en el estadio del Levante UD, con un prototipo funcional en la camiseta del equipo, diseñado para alimentar dispositivos wearables destinados a la monitorización de la salud.
Proyecto ENERGYM CELL: Biopilas que usan el sudor como energía
El proyecto ENERGYM CELL del ITE se centra en la recolección de energía limpia (energy harvesting) a partir del sudor humano. Este tipo de batería biológica podría reemplazar el uso de baterías tradicionales en dispositivos como relojes inteligentes, pulsómetros o sensores médicos, permitiendo un monitoreo constante sin depender de cargas frecuentes.
Laura García Carmona, responsable del proyecto, explicó que esta biopila genera 3.5 voltios de energía, suficientes para alimentar varios dispositivos portátiles. La clave del desarrollo está en la optimización de electrodos flexibles que han sido tratados químicamente para captar y convertir la energía del lactato presente en el sudor. Este avance supone una innovación importante en la tecnología de biopilas, que hasta ahora se enfocaba en la glucosa, una molécula menos accesible.
Desafíos y soluciones en el uso de biopilas en textiles
Uno de los mayores retos que enfrentó el equipo de desarrollo fue garantizar la durabilidad de la biopila frente a los lavados. Según los investigadores, los electrodos, que también pueden funcionar como biosensores, han demostrado ser resistentes a lavados delicados. El próximo desafío será mejorar su durabilidad para que las prendas puedan lavarse sin afectar su funcionalidad.
En la presentación participaron Ignacio Casado, director de comunicación del ITE y Joel Gambin, director médico del Levante UD, quienes destacaron la importancia de este proyecto para el futuro de los dispositivos wearables en el deporte profesional.
El prototipo presentado no solo es funcional, sino también económicamente viable. Los materiales utilizados son asequibles y se alinean con los principios de la economía circular, facilitando su escalabilidad a nivel comercial. Este aspecto fue subrayado durante la presentación, que también incluyó una muñequera equipada con sensores que medían la fatiga muscular.
Es importante destacar que el proyecto ha contado con la colaboración de empresas como MySphera, BIOBEE, Lurbel, y Gnesis EMS, destacando la cooperación intersectorial en el desarrollo de tecnología sostenible e innovadora.
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Fuente y fotos: ITE