Por: Dra. Franyi Sarmiento, Ph.D, Inspenet, 1 de abril 2022.
Un equipo de investigadores del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y el Cinvestav Mérida descubrieron un grupo de bacterias que degradan petróleo.
La paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), brindó a los investigadores distintas muestras de los hidrocarburos del Golfo de México para realizar pruebas de biodegradación. Incluso se realizaron muestras de bacterias marinas a más de 3.000 metros de profundidad durante más de 40 expediciones que tomaron cinco años de trabajo.
Alexei Licea Navarro, parte del consorcio de investigación conformado por más de 300 científicos, explica que en el caso de estos derrames se suelen utilizar químicos llamados dispersantes, que funcionan como detergentes y suelen disolver el petróleo. Sin embargo, las bacterias marinas degradan el material de forma orgánica, así como derivados como el plástico. “Tenemos listas estas bacterias para poder ofrecer un servicio, especialmente a Pemex, o a cualquier petrolera que lo requiera para, si llega a haber un derrame y este dependiendo del tipo de petróleo que se derramó, entonces usar los consorcios bacterianos específicos para hacer la biodegradación”, afirma Licea.
El experto también afirma que, con este tipo de investigaciones, se puede determinar “dónde es más conveniente hacer perforaciones y dónde no es conveniente por el riesgo que esto representa, hay zonas con más fauna marina”. Explica que en el Golfo de México hay lugares donde no existe la presencia de este tipo de bacterias, y aún se encuentran rastros de petróleo, aunque el derrame haya ocurrido hace más de dos décadas.
De hecho, Licea hace hincapié en que es necesario darle prioridad al proceso de biorremediación ante futuros desastres: una vez concluido el análisis de las muestras recolectadas, el último paso del proyecto será buscar inversionistas para adquirir la tecnología que se necesita para producir y almacenar grandes bancos de estas bacterias marinas mexicanas, listas ya para comer el crudo de la profundidad del mar cuando se necesite.
Foto: Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM