Etiopía inauguró oficialmente la represa GERD (Gran Presa del Renacimiento Etíope), una gigantesca central hidroeléctrica situada en el Nilo Azul, cerca de la frontera con Sudán. Esta obra monumental, valorada en unos 5.000 millones de dólares, tendrá la capacidad de generar hasta 5.150 megavatios de energía limpia, suficiente para duplicar la producción actual del país.
Con una capacidad de almacenamiento cercana a los 74.000 millones de m3, el embalse Nigat se perfila como un actor clave en la matriz eléctrica de Etiopía y en su objetivo de convertirse en exportador regional de electricidad.

La polémica que envuelve a la Gran Presa del Renacimiento Etíope
La GERD se ha convertido en un símbolo de cohesión para Etiopía, movilizando inversiones internas y apoyo ciudadano. El primer ministro Abiy Ahmed destacó durante la inauguración que la obra representa un ejemplo de progreso africano. Sin embargo, las reacciones fuera del país han sido menos optimistas.
Egipto, altamente dependiente del Nilo para abastecer el 97% de su consumo hídrico, calificó la represa como una «amenaza existencial». Sudán también manifestó reservas ante lo que considera una acción unilateral que podría alterar el régimen hidráulico de la cuenca.
Desde 2015, las conversaciones entre los tres países han fracasado en alcanzar un acuerdo vinculante. Egipto y Sudán insisten en establecer mecanismos claros para la gestión del agua durante períodos de sequía, mientras que Etiopía defiende su derecho soberano al desarrollo.
La falta de consenso ha alimentado una disputa regional que, si bien se mantiene en el ámbito diplomático, amenaza con generar realineamientos en las alianzas geopolíticas del noreste africano.
Impacto de la apuesta energética etíope
La puesta en marcha de la GERD responde a las necesidades de un país donde casi la mitad de la población carece de acceso a electricidad y proyecta a Etiopía como potencia renovable en África, alineándose con su estrategia de movilidad eléctrica y restricción de combustibles fósiles.
Con ingresos proyectados de hasta 1.000 millones de dólares anuales por exportación de energía, la GERD podría alterar el equilibrio económico regional. Al mismo tiempo, plantea una discusión urgente sobre el uso compartido de recursos hídricos transfronterizos.
Fuente: DW
Fotos: Oficina del Primer Ministro – Etiopía vía X