Un equipo de geoquímicos de la Universidad de Gotinga ha hallado indicios sorprendentes de que el núcleo metálico de la Tierra no está tan aislado como se pensaba. Gracias a un método de análisis de ultraalta precisión, detectaron una firma isotópica única del rutenio-100 (100Ru) en muestras de lava procedentes de las islas de Hawái. Esta señal indica que materiales ricos en metales preciosos como el oro estarían filtrándose lentamente desde las profundidades extremas del planeta hacia su superficie.
El núcleo terrestre como reservorio activo metales preciosos
Aunque el núcleo está sepultado a más de 3.000 kilómetros bajo la corteza, los resultados sugieren que parte de su contenido, incluidos oro, platino y otros metales nobles, migra hacia el manto terrestre.
Esto sucede a través de un lento, pero continuo flujo de rocas sobrecalentadas que, tras ascender durante millones de años, alimentan formaciones volcánicas oceánicas como Hawái. El rastro del isótopo 100Ru es la primera evidencia tangible de este intercambio profundo.
Este descubrimiento amplía la comprensión de la dinámica interna del planeta y además, tiene implicaciones clave para sectores estratégicos. Los metales nobles hallados son esenciales en tecnologías críticas como paneles solares, baterías de alto rendimiento y turbinas eólicas. Su rareza y alto valor los convierten en recursos vitales para la transición energética.
Minería más inteligente, no más profunda
Extraer directamente del núcleo sigue siendo inviable, pero entender estos procesos permite afinar la exploración en zonas donde el flujo de material ascendente haya dejado concentraciones explotables.
Así, se abre una vía para localizar depósitos naturales con menor impacto ambiental, reduciendo la necesidad de grandes excavaciones. La conexión entre geoquímica profunda y sostenibilidad es cada vez más evidente.

Nuevas preguntas para la ciencia
Queda por saber si esta filtración de metales preciosos ha ocurrido de forma constante desde la formación del planeta o si es un fenómeno más reciente.
Lo cierto es que esta investigación, publicada en Nature, ofrece un nuevo ángulo para explorar el origen y redistribución de los recursos naturales más codiciados de la Tierra.
Fuente y fotos: Universidad de Göttingen