Ladrillos con residuos de café reducen 80% de energía

Los ladrillos se cocinan a solo 200 °C, reduciendo en un 80 % el consumo energético frente a los ladrillos tradicionales.
Ladrillos con residuos de café

Investigadores de la Universidad Tecnológica de Swinburne han desarrollado un tipo de ladrillo ecológico utilizando posos de café como componente principal. Esta innovación no solo reduce el uso de energía en la producción, sino que podría marcar un antes y un después en la industria de la construcción.

¿Cómo se fabrican los ladrillos con residuos de café?

Los ladrillos se fabrican mezclando arcilla con residuos de café recolectados en cafeterías y restaurantes. A la mezcla se le añade un activador alcalino que permite cocer el material a tan solo 200 grados Celsius, es decir, un 80% menos que las temperaturas tradicionales de cocción que superan los 1.000 grados.

Esta reducción drástica de temperatura significa una disminución considerable en las emisiones de carbono ligadas al proceso.

Un nuevo enfoque en la valorización de residuos

El proyecto, liderado por el Dr. Yat Wong, ha logrado avanzar hacia su aplicación comercial mediante una licencia de propiedad intelectual firmada con la empresa australiana Green Brick. Esta alianza facilitará la producción y distribución de estos ladrillos de bajas emisiones, que ya han demostrado superar con creces el estándar mínimo australiano de resistencia estructural.

Philip Ng, fundador de Green Brick, destacó que este avance obliga a repensar los criterios con los que se evalúan los materiales de construcción. En lugar de centrarse exclusivamente en el costo por metro cuadrado, el enfoque debe integrar indicadores de carbono, circularidad y transparencia.

Doble impacto ambiental positivo

El consumo diario de café en Australia genera alrededor de 10.000 toneladas de posos al año, los cuales suelen acabar en vertederos, liberando metano en el proceso. La incorporación de este residuo orgánico en materiales de construcción permite no solo reducir las emisiones del sector sino también evitar la liberación de gases de efecto invernadero en los rellenos sanitarios.

Este modelo de economía circular podría inspirar a otras industrias a reevaluar el potencial de sus residuos. Mientras tanto, la alianza entre la ciencia universitaria y el sector privado sigue demostrando que es posible construir con menos carbono y más ingenio.

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Fuente y foto: Universidad Tecnológica de Swinburne