Por: Franyi Sarmiento, Ph.D., Inspenet, 6 de junio de 2022
Los estudiantes de la Universidad San Sebastián en Chile, se capacitan en una técnica líder en los mercados e industrias: la metodología Scrum, que facilita realizar proyectos flexibles y acordes a las expectativas de las empresas, conectándolos con las últimas tendencias del mundo laboral.
Formar ingenieros en estos días es muy diferente a lo que era hace unos años. La exigencia de un desempeño estructurado, pero flexible en el proceso de ejecución de un proyecto, ha ido cambiando y la Universidad San Sebastián (USS) lo ha entendido así, por lo que no ha dudado en implementar herramientas que sirvan a los estudiantes a mejorar su inserción en el mundo laboral y los prepare para adaptarse a todos los cambios que seguirán ocurriendo.
Así lo ratifica Cristián Valdés, director de la carrera de ingeniería civil industrial de esta casa de estudios: “Esta generación aprende de manera diferente y nos ha obligado a repensar la forma en que enseñamos y cómo preparamos a nuestros alumnos y alumnas para que salgan al mundo laboral fortalecidos, que también es distinto al que nosotros partimos trabajando”.
Una manera de hacerlo ha sido a través de la implementación de un plan piloto de la Metodología Scrum. Se trata de un sistema de gestión de proyectos que asegura que el equipo implicado en su desarrollo conozca sus tareas y plazos de tiempo de entrega. Y lo más importante, los ayude a cumplir con los objetivos.
La idea es implementarlo en estudiantes desde primer año para mantener un orden en los proyectos y familiarizarlos con distintas formas de trabajar en equipo.
¿De qué se trata y por qué su éxito a la hora de enfrentar proyectos?
-Es una metodología muy estructurada -dice Federico Casanello, decano de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño de la USS-, la cual permite que los proyectos no solo sean eficientes en el proceso, sino que también sean flexibles; es decir, adaptables a los cambios en que pueda hacer el cliente o la empresa durante su ejecución”.
Para que estas dos cosas se cumplan, la metodología funciona de la siguiente manera:
1.- Se definen los participantes y sus respectivos roles. El primero, es el product owner (dueño del producto), que es el que transmite los objetivos y requerimientos del proyecto.
2.- El segundo, es el scrum master, quien lidera el proyecto y guía a todos los involucrados a cumplir con lo estipulado;
3.- Tercero, están los miembros del equipo scrum, quienes son los que ejecutan diariamente lo previamente programado por ellos mismos para cumplir con el objetivo del proyecto.
Casanello explica que “el proyecto sobre la base de Scrum se divide en diferentes entregas, llamadas sprints, las cuales duran normalmente dos semanas. Se comienza con una reunión de planificación, donde se reparten responsabilidades”.
Valdés complementa, “luego de eso, diariamente, se reúnen con el scrum master, y en un tablero visual van exponiendo sus avances comprometidos. Son reuniones muy cortas, de 10 o 15 minutos, donde no se rinden cuentas de lo que pudiste hacer o no, ni por qué, si no que es muy práctico en determinar avances. De hecho, se llama “reunión de a pie” (no permite sentarte)”.
Una vez concluidos los períodos de trabajo o los sprints se hace una revisión más extensa y se cuestionan los avances con el fin de evaluar el desempeño y hacer mejoras continuas en el proceso.
Es lo que se llama, el análisis retrospectivo del trabajo, donde se solucionan muchas dudas, como qué se puede mejorar o qué se hizo mal para no repetirlo en el próximo sprint. El monitoreo diario permite la flexibilidad, tan importante en los proyectos, y hace más eficiente el avance, pues puede ir tomando rumbos diferentes en el proceso, no al final del proyecto.
Pero esto no es el objetivo único de la metodología scrum para la USS, pues una de sus grandes fortalezas es la formación y funcionamiento óptimo de los equipos de trabajo.