Durante las últimas semanas, la planta de celulosa que Ence opera en Pontevedra ha estado detenida para realizar su habitual revisión técnica anual. Finalizada esta etapa, el complejo industrial ha reanudado su actividad, impulsado por un conjunto de mejoras en eficiencia energética y seguridad operativa.
Producción en Pontevedra: más de 1.500 profesionales implicados
En el transcurso del paro programado, Ence incorporó a su plantilla más de 1.500 trabajadores adicionales, procedentes de un centenar de empresas contratistas. Esta movilización de recursos humanos permitió ejecutar una agenda intensa de mantenimiento y modernización, pero también generó un impacto positivo en el tejido económico local, beneficiando a sectores como el comercio y la hostelería.
Inversión de 11 millones en mejoras tecnológicas y ambientales
La compañía destinó 11 millones de euros a intervenciones clave dentro de sus instalaciones. Entre las acciones más destacadas figuran el mantenimiento correctivo y preventivo, mejoras en los sistemas energéticos, reducción del impacto ambiental y actualización de equipos para reforzar la seguridad industrial.
Estas medidas forman parte del compromiso estratégico de Ence con la sostenibilidad, la eficiencia y la innovación tecnológica, pilares que definen la operación de su biofábrica en Galicia.
Reconocimientos a su desempeño sostenible
La planta pontevedresa ha recibido importantes certificaciones por su enfoque ambiental. Entre ellas, la etiqueta ecológica Nordic Swan, el certificado “Residuo Cero” de AENOR y el distintivo “Sure” que avala la sostenibilidad de la biomasa utilizada. Además, la Comisión Europea le otorgó la Medalla de Oro por sus mejoras medioambientales.
La culminación de este ciclo de mantenimiento y su retorno a la operación sitúan nuevamente a Ence Pontevedra como una referencia industrial en eficiencia energética y compromiso ambiental.
Fuente y foto: Ence