Por: Ariana Méndez Lugo. Inspenet TV. 4 de noviembre 2021.
Analistas del mercado petrolero mundial dudan que países aliados respeten los acuerdos de recorte de producción ante la histórica demanda de combustible y proyectan el desmoronamiento de los fundamentos que rigen el sector.
Hoy en día, el mundo transita un camino atípico que contrae la estabilidad del mercado, realidad de la cual no escapa el ámbito petrolero y muchos se preguntan si las acciones ejecutadas para surfear en un mar de contradicciones, están violando los fundamentos que, durante décadas, han marcado el rumbo de este sector. En teoría, la economía siempre funciona, el aumento de la demanda y precios, dispara la oferta pero en pandemia, la práctica se comporta diferente.
En días recientes, el gobierno de Estados Unidos exhortó al mercado a tomar medidas expeditas para dar paso adelante hacia una economía con bajas emisiones de carbono; pero el asesor de seguridad nacional de dicha nación, le indicó a la OPEP+ el aumento de la producción petrolera con la intención de contener el incremento de los precios de la gasolina.
Lo anterior, coloca en evidencia la disparidad de criterios ante un hecho un tanto inquietante y una realidad más que tácita: el petróleo es vital, el mercado conmina a las compañías a abandonar los combustibles fósiles y los productores en EEUU van acumulando pasivos. Por ello, Arabia Saudita, Rusia y la OPEP+ asumen una estrategia más prudente; omiten recortes de producción pese al alza del crudo referencial en el mercado europeo; indicativo que la oferta mantendrá una tendencia a la escasez.
Analistas de la multinacional financiera Morgan Stanley, proyectan un ambiente no favorable para 2024 con tendencia a la baja de producción y para comprender tal afirmación; basta ver que, con una demanda en aumento, en 2020 la inversión mundial en yacimientos de petróleo y gas fue de US$ 348 mil millones, frente a un máximo de US$ 740 mil millones en 2014.
No es de extrañar que con el tiempo, se difumine el alza en el precio del crudo en medio de la rápida propagación de la variante delta del Covid-19, lo que pone en riesgo la demanda de petróleo ante el inminente aumento de 6% de la economía mundial en 2021 y de 4.9% en 2022 de acuerdo a la más reciente proyección del Fondo Monetario Internacional.
Para los analistas británicos del Servicio de Información de Precios del Petróleo no todo ha quedado claro tras las recientes negociaciones para que la OPEP+ acuerde aumentos de producción y se preguntan si los miembros de la alianza respetarán las restricciones de producción o el mercado petrolero está cerca de un quiebre disciplinario.