El innovador imán de Commonwealth Fusion Systems (CFS), o más conocido como electroimán Central Solenoid Model Coil (CSMC) ha logrado superar las pruebas y expectativas de los investigadores con éxito. Este logro valida el uso de superconductores de alta temperatura (HTS) como tecnología para su proyecto SPARC, diseñado para demostrar la viabilidad de la energía de fusión.
El éxito del imán de Commonwealth Fusion Systems
El CSMC tiene la capacidad de manejar pulsos de corriente eléctrica con incrementos y descargas rápidas, alcanzando corrientes de hasta 50,000 amperios y campos magnéticos de 5.7 teslas. Estas capacidades no solo igualan, sino que superan las expectativas iniciales del equipo técnico de CFS, fortaleciendo sus conocimientos en soluciones energéticas avanzadas.
La colaboración entre CFS y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), se ha consolidado un marco de investigación y desarrollo sin precedentes. La fabricación de cables PIT VIPER, esenciales para los imanes de potencia pulsada, representa un avance que podría redefinir la industria energética global. Este proyecto, respaldado por entidades como la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada-Energía (ARPA-E), refleja un compromiso con la descarbonización y la sustentabilidad.
Con el objetivo de generar su primer plasma en 2026, SPARC allana el camino hacia ARC, la primera planta de energía de fusión comercial de CFS, que se espera esté operativa para la década de 2030. Este progreso promete revolucionar el acceso a energía abundante y libre de emisiones, contribuyendo significativamente a la lucha contra el cambio climático.
Las expectativas de los investigadores fueron superadas. Fuente: Commonwealth Fusion Systems
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