Inspenet, 13 de octubre 2023.
Los primeros análisis de las muestras del asteroide Bennu hace han revelado la presencia de agua y moléculas orgánicas, particularmente carbono. Esto implica que los elementos fundamentales para la vida podrían estar contenidos en ese asteroide.
Este descubrimiento plantea la posibilidad de respaldar la hipótesis de que la vida pudo haber llegado a la Tierra desde el espacio, transportada por uno de estos cuerpos celestes que también vagan por el universo. No obstante, los participantes del proceso, incluido el administrador de la NASA, Bill Nelson, han enfatizado que “es apenas el comienzo de nuestra exploración”.
“Esto es un tesoro científico que será desentrañado en las próximas décadas“, ha señalado Dante Lauretta, profesor de ciencia planetaria y cosmoquímica en el Laboratorio Planetario y Lunar de la Universidad de Arizona, además de responsable del análisis de los restos del asteroide Bennu.
Asteroide Bennu: lo encontrado en la muestra
A pesar de encontrarse abundante presencia de polvo y pequeñas piedras alrededor de la cápsula que contenía la muestra, proporcionó una primera visión de lo que podría encontrarse en su interior. De hecho, ya se han realizado algunas evaluaciones preliminares, incluyendo observaciones sobre la diversidad de tamaños y colores de las partículas, indicando la posible presencia de distintos tipos de rocas.
Hasta el momento, se han realizado diversas técnicas de análisis, las cuales han destacado su estructura interna diversa y revelado la presencia significativa de carbono y agua. Lauretta expresó su entusiasmo al respecto, diciendo: “Estamos ansiosos por descubrir lo que guarda en su interior. Con cada revelación del asteroide Bennu, nos acercamos más a desentrañar los misterios de nuestra herencia cósmica”.
Es importante recordar que la misión Osiris-Rex se inició en septiembre de 2016 y duró dos años hasta llegar a su destino, el asteroide Bennu, el cual tiene aproximadamente 500 metros de longitud. La sonda mapeó detalladamente el asteroide y en 2020 logró descender para recolectar muestras.
Esta tarea resultó complicada, ya que se descubrió que el asteroide Bennu era mucho más poroso de lo que se había anticipado originalmente. La nave espacial tuvo que utilizar sus cohetes para evitar quedarse atascada, debido a que se hundió cerca de medio metro en la superficie del asteroide.
No es la primera ocasión en que se recolectan muestras de un asteroide, pues en misiones previas tales como Hayabusa 1 y Hayabusa 2 de la agencia espacial japonesa JAXA, llevaron a cabo misiones similares. Sin embargo, cabe destacar que estas misiones japonesas lograron recuperar solo alrededor de una décima parte de la cantidad de material recopilado por Osiris-Rex, con muestras obtenidas de los asteroides Itokawa y Ryugu.
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