Los dos astronautas de la NASA, actualmente en la Estación Espacial Internacional (ISS), podrían verse obligados a prolongar su estancia en el espacio hasta febrero de 2025. Este cambio se debe a problemas técnicos con la nave espacial que los transportó a la órbita, generando preocupaciones sobre la seguridad de su retorno a la Tierra.
Los dos astronautas de la NASA y la “misión de rescate”
Barry “Butch” Wilmore y Sunita “Suni” Williams llegaron a la ISS en junio como los primeros en probar la nueva cápsula Starliner de Boeing. En principio, su regreso estaba previsto para hace varios meses, pero fallos en los propulsores de la cápsula retrasaron indefinidamente su retorno. Este problema ha llevado a la NASA a considerar alternativas más seguras, incluyendo la posibilidad de traerlos de vuelta en un vuelo de SpaceX, en lugar de arriesgarse a utilizar nuevamente el Starliner.
De confirmarse esta opción, los astronautas tendrían que observar desde la ISS cómo el Starliner regresa a la Tierra sin ellos. Ken Bowersox, director de operaciones espaciales de la NASA, indicó que la agencia está evaluando cuidadosamente la situación y que la decisión final se tomará a mediados de agosto. Según Bowersox, han recibido opiniones de diversos expertos y la elección no es sencilla.
Este cambio de planes podría afectar el próximo vuelo de SpaceX programado para septiembre, en el que cuatro astronautas, tres de la NASA y uno ruso, están asignados. Si se decide que Wilmore y Williams regresen en ese vuelo, dos de los astronautas originalmente programados podrían quedarse en tierra para darles lugar.
Las perspectivas de Boeing y la NASA
Boeing, por su parte, ha asegurado que la cápsula Starliner aún puede llevar a los astronautas a salvo de regreso, aunque necesitaría modificar su software en caso de que se decida hacer el retorno sin tripulación. Steve Stich, gerente del programa de tripulación comercial de la NASA, comentó que no se había contemplado seriamente lanzar un vuelo separado de SpaceX solo para traer de vuelta a Wilmore y Williams, pero la posibilidad sigue abierta.
Durante las pruebas en tierra, también se han detectado problemas con los propulsores del Starliner. Los ingenieros han observado que los sellos se expanden al sobrecalentarse, lo que luego provoca que se contraigan nuevamente hasta alcanzar su tamaño original, sin que hasta el momento se comprenda completamente la causa de este comportamiento. Sin embargo, casi todos los propulsores averiados del Starliner, a excepción de uno, han sido reactivados en órbita.
Es fundamental que Starliner funcione correctamente, porque necesita separarse de la ISS después del desacoplamiento y mantener la cápsula en la posición adecuada para la desorbitación. Además, los técnicos están trabajando en sellar las fugas de helio en el sistema de propulsión, ujn ajuste crucial para las maniobras necesarias en el espacio.
SpaceX, que envió su primera tripulación de la NASA a la ISS en 2020, ha sido vista como una alternativa confiable. Desde entonces, ha completado nueve vuelos tripulados para la agencia, y el próximo está previsto para finales de septiembre, tras un mes de retraso para permitir más tiempo en la toma de decisiones sobre el regreso de Starliner.
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Foto: NASA / AP