Inspenet, 20 de octubre 2023.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) anunció recientemente que es esencial reducir de inmediato las emisiones de metano originadas por los combustibles fósiles como medida para controlar el calentamiento global y que es posible lograr reducciones sustanciales utilizando tecnologías existentes a un bajo costo.
A pesar de que el metano es mucho menos común en la atmósfera que el dióxido de carbono, ha contribuido en un 30% al aumento global de las temperaturas hasta la fecha. Aunque su permanencia en la atmósfera es limitada a aproximadamente una década, el metano captura la energía más rápidamente que el dióxido de carbono. Por lo tanto, disminuir las emisiones de este gas de efecto invernadero se considera una manera efectiva y rápida de controlar el calentamiento global a corto plazo y de mejorar significativamente la calidad del aire.
Es importante mencionar que la industria de la energía genera casi el 40% de las emisiones de metano causadas por las actividades humanas, pero ha tenido un progreso limitado en su disminución.
“Se necesitan reducciones inmediatas de las emisiones de metano para limitar el calentamiento a 1,5 ºC”, afirma la Agencia Internacional de la Energía.
La actividad petrolera y las emisiones de metano
De acuerdo con la agencia, se podría reducir el 75% de las emisiones de metano provenientes de la industria petrolera y del gas y la mitad de las producidas por la minería del carbón, mediante el uso de tecnologías ya existentes.
Además, la AIE indicó que el costo de implementar todas las estrategias de mitigación disponibles en la industria petrolera y del gas hasta 2030 sería inferior al 2% de los ingresos netos generados por esta industria en 2022.
A pesar de que se espera una disminución de las emisiones de metano a medida que el mundo avanza hacia sus objetivos de cero emisiones netas, el informe señala que incluso alcanzar estos objetivos no sería suficiente para lograr las reducciones necesarias.
El informe también destaca que los beneficios de reducir estas emisiones van más allá de la mitigación del cambio climático, ya que también ayudarían a evitar cerca de un millón de muertes prematuras debido a la exposición al ozono y la pérdida de 90 millones de toneladas de cultivos para el año 2050.