En una reciente prueba, la empresa californiana SpinLaunch logró acelerar un satélite de la Universidad Estatal de Portland a 10,000 G utilizando su innovadora tecnología de lanzamiento centrífugo, sin causar daños en los componentes clave. Este avance pone de manifiesto la viabilidad de lanzar satélites sin los cohetes tradicionales y abre nuevas posibilidades para un futuro más económico y sostenible en la exploración espacial.
SpinLaunch y su asociación con la Universidad Estatal de Portland
En colaboración con el programa OreSat de la Universidad Estatal de Portland, SpinLaunch ha logrado un avance en la robustez de los satélites. La colaboración permitió que un CubeSat 1U, diseñado por OreSat, fuera sometido a una aceleración extrema de 10,000 G. Para lograrlo, SpinLaunch y OreSat realizaron una serie de modificaciones clave en el diseño original del satélite, asegurando que los componentes como las células solares, el paquete de baterías y los circuitos electrónicos pudieran resistir las fuerzas extremas.
Uno de los ajustes más innovadores fue el uso de pegamento en los componentes críticos para asegurar que no se desprendieran durante la aceleración. Además, las celdas de batería fueron alineadas con el vector G para asegurar que se comportaran como columnas bajo compresión, lo que les permitió soportar las fuerzas sin sufrir daños. Un tubo de fibra de carbono se utilizó para reforzar el paquete de baterías, siguiendo técnicas similares a las que usa la NASA para proteger sus sistemas de baterías en condiciones extremas.
Satélite CubeSat 1U acelerado con éxito
La prueba exitosa, además de validar la tecnología de SpinLaunch, abre la puerta a un futuro con lanzamientos espaciales más baratos y menos contaminantes. En lugar de depender de los costosos y contaminantes cohetes, SpinLaunch utiliza una catapulta centrífuga que acelera los satélites a través de la rotación a altas velocidades. Esta tecnología reduce significativamente los costos y la huella de carbono, lo que la convierte en una opción atractiva para las misiones espaciales.
Los ingenieros de SpinLaunch se sorprendieron gratamente por la resistencia del satélite, ya que no esperaban que los componentes pudieran soportar las fuerzas extremas con tan pocas modificaciones. Según sus propias palabras:
No teníamos ni idea de que se podía girar hasta 10.000 G y sobrevivir. Nos sorprendió la pequeña cantidad de modificaciones que tuvimos que hacer. Esperábamos tener un ladrillo de epoxi lleno de inundaciones, ¿verdad?
Esta simplicidad en el diseño refuerza la viabilidad de la tecnología, que podría ser replicable en futuras misiones.
¿Qué sigue?
Este avance es solo el comienzo para SpinLaunch. La compañía sigue demostrando que los satélites pueden ser mucho más resistentes de lo que la mayoría pensaba, allanando el camino para futuras misiones espaciales sin necesidad de los lanzamientos tradicionales con combustible. Con la validación de su tecnología, SpinLaunch está cada vez más cerca de su objetivo de hacer que el acceso al espacio sea más barato, más eficiente y más sostenible.
Mira en este video el proceso realizado para “reforzar” el satélite.
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Fuente y fotos: SpinLaunch