Inspenet, 31 de julio 2023.
La compañía Blue Origin ha obtenido un contrato “Tipping Point” de la NASA, valorado en 35 millones de dólares para seguir desarrollando su tecnología “Blue Alchemist”. Esta innovación, presentada a principios de este año, tiene como promesa la capacidad de convertir el polvo lunar en células solares.
La tecnología “Blue Alchemist” es una solución completa, autónoma y comercial que aprovecha el regolito lunar, una mezcla de polvo y roca abundante en la superficie de la Luna, para producir células solares y cables de transmisión de energía. El proceso que subyace a esta impresionante ingeniería se denomina electrólisis del regolito fundido.
Mediante este enfoque, es posible obtener cantidades ilimitadas de electricidad y cables de transmisión de energía en cualquier punto de la superficie lunar. La compañía cuenta con un sistema de transporte interno que traslada y separa el material fundido a temperaturas superiores a los 1600 grados Celsius de forma eficiente y controlada, soportando entornos corrosivos y de alta temperatura.
Del polvo lunar a la electricidad
El proceso implica pasar una corriente eléctrica a través del regolito fundido. Durante la electrólisis, se extraen metales como hierro, aluminio y silicio, separándolos del oxígeno con el que están combinados. Mientras se forman burbujas de oxígeno en uno de los reactores, se produce la separación de los metales y metaloides del oxígeno.
Como resultado de esta operación, se obtiene silicio con una pureza del 99.99%, ideal para fabricar células solares. Blue Origin afirma que su tecnología “Blue Alchemist” permite producir estas células solares de manera libre de carbono, sin uso de agua, ingredientes tóxicos o productos químicos adicionales. Además, este proceso genera oxígeno como subproducto, útil para propulsión y soporte vital en el espacio.
La tecnología Blue Alchemist tiene un potencial de crecimiento ilimitado, lo que permitiría superar las limitaciones energéticas en cualquier lugar de la Luna. Además, la compañía considera que esta innovación espacial podría aplicarse en la Tierra para desarrollar sistemas más respetuosos con el medio ambiente y combatir el cambio climático.
La NASA ve a “Blue Alchemist” como un punto de inflexión (“Tipping Point”), donde su inversión podría convertir esta innovación en una solución comercial viable. La reciente inversión posibilitará una demostración de operación autónoma en un entorno simulado lunar para el año 2026.
Respecto al tema, Pat Remias, vicepresidente del Directorio de Capacidades de Desarrollo de Sistemas Espaciales expresó lo siguiente: “Explotar los vastos recursos del espacio para beneficio de la Tierra es parte de nuestra misión. Nos sentimos inspirados y agradecidos por recibir esta inversión de la NASA para avanzar en nuestra innovación”.