En China, un equipo de científicos ha logrado un avance significativo en el campo de la energía con la creación de una “batería de sal” que utiliza la energía osmótica, extraída de los gradientes de sal entre el agua dulce y salada, para generar electricidad de manera más eficiente que los sistemas preexistentes.
¿Qué es la energía osmótica o energía azul?
El concepto de energía osmótica o energía azul se basa en el aprovechamiento del potencial energético presente en la diferencia de concentración salina entre dos cuerpos de agua, particularmente en lugares como los estuarios. Este principio ha sido conocido desde mediados del siglo XX, pero solo en las últimas décadas ha visto avances tecnológicos significativos en su aplicación práctica.
Además, los resultados obtenidos por investigadores de la Universidad Agrícola de Anhui y la Universidad de Guangxi han mostrado un rendimiento notablemente superior al duplicar la eficiencia de conversión energética en comparación con los sistemas de electrodiálisis reversa (RED) disponibles comercialmente.
Batería de sal: eficiencia y durabilidad comprobada
Este logro ha sido posible gracias al diseño innovador de una membrana nanofluídica semipermeable, compuesta por capas alternas de celulosa y material plástico, que optimiza el flujo de iones y electrones, reduciendo la resistencia interna y mejorando la conductividad eléctrica.
Además, la nueva tecnología ha demostrado una potencia de salida destacada con una densidad de 11,7 W/m² y una durabilidad probada en funcionamiento continuo durante más de dos semanas, evidenciando así su potencial para aplicaciones de larga duración y su viabilidad en condiciones operativas reales.
Este desarrollo tecnológico tiene el potencial de revolucionar la producción de energía renovable y podría tener un impacto significativo en el sector salud, particularmente en la autonomía energética de dispositivos médicos en zonas aisladas o en mejorar la infraestructura de hospitales en áreas costeras.
Este tipo de aplicaciones multidisciplinarias destaca la importancia de la investigación continua y la colaboración entre diferentes campos científicos para maximizar el impacto positivo de las innovaciones tecnológicas.
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Fuente: ecoinventos.com
Foto: Shutterstock
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